Spy [Parte 1] (Shadows House)

42 4 39
                                    

[AU]

Clarissa hojeó la lista. Allí, prolijamente escritos, estaban los nombres de los rebeldes recientemente descubiertos y eliminados.

-Kate/Emilyko.
-Louise/Lou.
-John/Shaun.
-Patrick/Ricky.
-Oliver/Ollie.
-Douglas/Doug.
-Rum.
-Lewis.
-Anthony.

Las dos últimas menciones la sorprendieron. Que hubiera rebeldes era un suceso extraño en sí, más siendo tantos, pero no se esperaba que ellos formaran parte. A Anthony no lo había conocido abiertamente, ya que era un muñeco del que Clara solía hablar, y luego fueron invitadas unos días antes de que debutara. Sin embargo, pensaba que había muerto cuando su amo supuestamente falló la unificación. Lewis, por otra parte, era una sombra muy destacada y confiable, incluso si era del primer piso, por lo que aquella noticia era... Chocante.

Ella levantó la vista de la hoja; Edward la miraba fijamente, como si quisiera saber si opinión. Finalmente, suspiró e hizo un comentario:

-Es preocupante que hubiera tantos disidentes. Y encima, casi todos eran aliados.

-Exacto -. Contestó el de cabellos canos -. Por eso, tras una conversación con lord Bisabuelo, se ha decidido mandar un espía al edificio de los niños. Alguien que pueda espiar bien a todos, y mandarnos reportes periódicamente.

Clarissa interpretó rápidamente esas palabras, y el significado la fastidió.

-¿Estás pensando en mandarme a mí?

-Sí. Tu estatura, tu voz y tu complexión encajan con los de un niño, o un preadolescente, por lo menos.

-Pero, ¿Podrán encontrar alguien parecido a mí?

-No es imposible.

----------------------------------------------------------------
🍒🫐🍒🫐🍒🫐🍒🫐🍒🫐🍒🫐🍒🫐🍒🫐
----------------------------------------------------------------

Habían pasado dos semanas desde esa charla, cuando a Clarissa se le informó que se había seleccionado una niña que se parecía mucho a ella. Misma estatura, misma complexión, estructura facial muy similar. Tenía el pelo más corto, por lo que la adulta tuvo que decir adiós a unos 5 centímetros de pelo.

Despidiéndose para siempre de su bonita habitación en el edificio de los adultos, Clarissa tomó su forma sombra y fue conducida a los cuartos donde las sombras pasaban sus primeros días de vida, aprendiendo las costumbres humanas. Solamente desde allí podría llegar a su nueva habitación.

Cuando llegó a su nuevo dormitorio, Clarissa lo consideró una broma de mal gusto. Estaba pintado en tonos celeste claro ¡Justo el color de su antiguo vestido! Expulsando ya hollín, ella fue a sentarse al sillón que estaba frente a la mesita de té.

Aburrida al poco rato y viendo que era muy temprano para que la muñeca llegara (de hecho, era muy tarde en la noche), paseó sus dedos por la estantería. Por suerte, encontró un libro de romance que estaba leyendo. Era de los que solamente podían leer los adultos, pero alguien (probablemente Aileen) había logrado que llegara allí. Lo tomó y volvió al sillón.

Entonces notó que en la mesita también descansaba una hoja con instrucciones. Ahí decía cómo podría comunicarse con Edward, que no se preocupara mucho por el debut porque estaba predeterminado que lo pasaría, que a partir de entonces se llamaría Annalise... ¡¿Que a partir de entonces se llamaría Annalise?!

La pobre adulta tuvo que leer una y otra vez ese punto, enojada porque no le habían avisado de antemano. La explicación a semejante condición era que existía una hoja en poder de los hoshitsukis, la cual contenía el nombre de cada sombra que estuvo en el edificio de los niños y el de su muñeco. Aunque la actual líder de los hoshitsukis, Sarah, estaba al tanto de la situación, otro de ellos podría ver que había dos Clarissas y extrañarse. Por eso, habían decidido usar el nombre original de la niña que habían seleccionado para ella.

El cuartito del fondoWhere stories live. Discover now