El edificio de los adultos

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El chico miró a ambos lados. Ya no había dos cuerpos en la caja, sólo uno. ¿Cuándo vendrían a buscarlo? Tenía hambre.

Justo en eso, escuchó la puerta de la oscura habitación rechinar. El corazón le latió con fuerza mientras oía que alguien abría las cadenas que, días antes, lo habían encerrado. ¿O los habían encerrado?

El nuevo unificado se levantó apenas vió el techo de la habitación, pero casi gritó cuando vislumbró al gerente del edificio de niños. Suerte que estaba en su forma de sombra. Miró hacia sus ropas; estaban sucias.

-Gerald -. Dijo el otro -. El primero de este equipo en terminar la unificación. Todos son muy prometedores, excepcionales sin duda. Excepto...

-Gerald está confundido. Todo da vueltas.

-Es normal. ¿Puede Gerald levantarse?

El más joven lo intentó con éxito. Thomas rápidamente lo sacó de la sala, diciéndole que esperara, pues pronto saldría con sus compañeros. Así ocurrió, y enseguida los tres nuevos adultos caminaban mientras recibían instrucciones de su nueva vida.

-Las habitaciones de los adultos son limpiadas por muñecas con velo, así que no se sorprendan si ven a una. Este edificio está dividido en tres pisos; estamos en el primero, sólo residen aquí los recién unificados. Luego está el segundo piso, dónde viven la mayoría de los adultos, y quienes pueden pasar al primero cuando quieren, y en el tercer piso, sólo están los más nobles de todos, acompañados por el gran bisabuelo. Ahora, quiero que se concentren en el recuerdo de sus caras. Cuando sientan un cosquilleo en la punta de los dedos, extiéndanlo por su cuerpo, es más fácil de lo que parece.

Ellos hicieron lo pedido. Pronto, al mirar sus manos y demás, se encontraron con que no había hollín; ¡El cuerpo de sus muñecos aparecía! Thomas los guió hasta sus habitaciones, dejando a Aileen con otra residente, y a los chicos en dos habitaciones que estaban pegadas.

Gerald se sorprendió bastante al darse cuenta de todo lo que había crecido con la unificación. ¿Cómo había pasado? Tendría que averiguar. Se puso a pensar hipótesis mientras se vestían con ropa nueva. Esperaba que la cena fuera pronto; seguía teniendo hambre.

***

-Oh no...

-¡Vaya! ¡Los niños ya han llegado! ¡Por el gran bisabuelo, qué rápido crecen!

Éste curioso diálogo corresponde al joven Edward y a una anterior portadora de estrellas, Mara, que lo miraba de arriba a abajo, sin poder creerse aquél 1.99. Su compañero y ahora esposo, Octavio, parecía querer reírse, raro si se contaba que era serio.

-Ya Mara, lo estás incomodando.

-¡Es que-! ¡Antes era mucho más bajo!

-Es sólo un efecto secundario de la unificación querida, no hay que sorprenderse tanto.

-Oh, tiene razón Octavio. Mara lamenta su conducta, sólo estaba muy emocionada.

-Ah... No es nada... A propósito... ¿Dónde está Amelia? ¿Ella se convirtió en adulta?

-¡Sí! Ella solo no quiso bajar, le tiene miedo al gerente.

-Mmh... Edward entiende. Por cierto, ¿Por qué bajaron al primer piso?

El matrimonio sonrió.

-Vinimos aquí para ayudarlos en una lección.

Palabras utilizadas (sin contar N/A): 500

Un capítulo dedicado a los oc's adultos que para nada creé la noche anterior.

Un dato curioso: María y Otto (caras de Amelia y Octavio) eran hermanos, siendo María mayor por dos años, y su lazo se transmitió a sus amos. También eran primos segundos de Mia.

Amelia no era portadora de estrellas, fue invitada poco después de que Christopher asumiera ese cargo.

El cuartito del fondoWhere stories live. Discover now