𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟕

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"You are very kind, Ruth"


El primer día en la Academia no había resultado ser tan malo como Jenna esperaba, de hecho, podía decir que fue agradable. Conoció a una chica muy interesante, la cual esperaba pudiera ser su amiga mientras estaba en aquel lugar.

Pese a que el día fue agradable, por la noche la castaña sufrió de pesadillas, las cuales no la dejaban despertar y volver a la realidad, fue el momento en el que todas las situaciones que estaban pasando y estresándola, vinieron a saldar cuentas.

Al despertar, todo estaba oscuro, apenas una pequeña luz de luna se colaba por la ventana del cuarto, la habitación lucía tétrica, algo sombría y helada. Jenna no sabía si se trataba de su propio miedo o era real el frío que la estaba inundando.

Elevó sus rodillas a la altura del pecho y las abrazó, ahora estaba consciente, pero ni eso la dejaba tranquila de todo lo sucedido.

«No entendiendo como pude terminar aquí, ¿Por qué no pelee un poco? ¿Por qué no volví a escapar? Lo hice una vez, claramente podría haberlo hecho dos... ¿No? No quiero estar aquí, quiero volver con Sam, con los chicos... quiero ver a Liam maldita sea...» comenzó a sollozar, cubriendo su boca para no despertar a su compañera de dormitorio.

» Extraño a Liam, pero ni siquiera lo llamé después del concierto, digo que es mi mejor amigo, pero no demostré lo mucho que lo quiero, soy una egoísta... quiero volver a ver a Liam. Él ni debe saber que estoy aquí, es más, nadie debe saber que estoy en este horrible lugar.

Los sollozos no pudieron ser silenciados mucho tiempo más, un gran nudo se formó en su garganta impidiéndole tragar, dándole razones para querer gritar y librarse de aquella pésima obstrucción. Tomó rápidamente la almohada y se cubrió el rostro con ella, en un último intento de silenciar su llanto.

Pero como era de esperarse... Ruth despertó. La pelinegra se sentó en la cama y se frotó los ojos, luego intentó visualizar correctamente la figura de Jenna, quien aún mantenía las rodillas contra su pecho. Al notar que esta estaba mal, si acercó sin previo aviso.

Ruth se sentó a su lado y comenzó a acariciar la espalda de la castaña, en un intento por consolarla.

Jenna descubrió su rostro y miró a su compañera, comenzó a sorber la nariz. Se sentía muy apenada porque la viera en ese estado.

―Lamento haberte despertado ―susurró

―No me molestaría volver a despertarme si sé que estás mal ―le contestó mientras limpiaba con su pulgar algunas lágrimas que yacían en el rostro de Jenna―. ¿Qué te ocurrió?

―Extraño a mis amigos... a mi mejor amigo, me porté pésima con él... y ahora nadie sabe dónde me encuentro... no sé qué va a pasar con mi vida...

―Oye... tranquila, cielo. No es el fin del mundo, sabes... si mejoras tu conducta podrías salir de aquí antes de lo que te imaginas ―continuó haciendo movimientos circulares con su palma.

―Es que no lo entiendes, Ruth, no tienes idea de todo lo que peligra en estos momentos.

―Entonces explícame. Yo voy a escucharte, Jenn ―la pelinegra le dio un repentino abrazo―. Pero primero, vamos a por un té en la cocina.

―¿Pero no está prohibido rondar en la noche? ―le preguntó con preocupación.

―No me molestaría hacer ese sacrificio por ti.

Una tierna sonrisa se formó en el rostro de Ruth. Ambas se levantaron de la cama, listas para escabullirse a la cocina. Dejaron la puerta del dormitorio levemente arrimada, para que al entrar no tuvieran que hacer tanto escándalo.

𝐋𝐎𝐕𝐄?  │  Tom KaulitzWhere stories live. Discover now