U - Undulant Fever

385 14 0
                                    

"Sólo un par de días más", dijo TK al otro lado del teléfono.

Carlos sonrió, apretándose la barriga todo lo que pudo con las manos y haciéndose un ovillo en la cama de la que no había podido levantarse desde que se había despertado.

"Quédate unos días más, si quieres", le dijo, apretando los dientes para que no se notara lo mucho que le dolía todo el cuerpo. "Seguro que Johna se alegra de tenerte allí un poco más, seguro que te ha echado mucho de menos".

"Lo sé, se ha convertido en un pequeño koala conmigo. Si pudiera, me secuestraría y me tendría pegado a él todo el día".

Carlos soltó una carcajada que le hizo doler el estómago. Había estado intentando levantarse cuando se despertó, después de dormir más de doce horas a causa de la fiebre, habiéndose metido en la cama a las cinco de la tarde nada más llegar a casa.

Se había medido la temperatura después de intentar cenar, sin mucho éxito. Había pasado por el baño a vomitar antes de meterse en la cama, y con una fiebre tan alta como la suya, se había quedado inconsciente enseguida.

"Aprovecha estos días entonces", dijo Carlos en poco más que un quejido.

"Baby, Carlos, suenas fatal. ¿Te encuentras bien?"

"Sí... bueno, creo que anoche comí algo que me sentó mal. Se me pasará, no te preocupes".

"¿Cómo que no me preocupe? No parece que hayas tenido una indigestión".

"TK..."

Carlos volvió a gemir, el dolor era increíble y, lo peor de todo, le dolían tanto las piernas y los brazos que le era imposible moverse.

"Babe, suenas fatal. Quizá debería coger un avión esta noche".

"No, en serio, no hace falta. Creo que es un... no sé, una pequeña gripe, seguro."

"Entonces al menos pásate mañana por el médico, aunque sólo sea para que te echen un vistazo".

"Hmmm, no, creo que me quedaré aquí en la cama, me tomaré el día por enfermedad".

Carlos tuvo que apartar el teléfono de su cara para coger un cubo mientras tosía y tenía arcadas, sintiendo que iba a vomitar, pero su estómago estaba completamente vacío, así que no era capaz de dejar salir nada.

"Vale, ahora sí que me estás asustando. ¿Estás vomitando? ¿Es la primera vez? ¿Cuántas veces has vomitado desde anoche? ¿Qué has comido? ¿Te has medido la temperatura? Dime qué estás bebiendo para no deshidratarte".

Carlos guardó silencio un momento para recuperar el aliento y evitar el dolor, pero no llegó a ninguna parte. Al principio, en realidad había pensado que había comido algo malo durante el turno. Se había comido un par de rosquillas caseras hechas por la madre de uno de sus compañeros de trabajo.

Pero cuando no había podido comer nada más e incluso beber un refresco o un té le había hecho vomitar... por no hablar del dolor que pronto había empezado a sentir en todas las articulaciones, había empezado a preocuparse y ahora estaba asustado.

"TK... Yo..." Carlos suspiró. "Recuerda cuando me pediste que confiara en ti y te dijera cuando no me sintiera bien para evitar más ataques de pánico".

"Claro, cuéntame lo que pasa".

"La verdad es que... No quiero asustarte ni nada, pero...".

"Carlos, nene. Cuéntame lo que sea, que ya te he asustado muchas veces".

"La verdad es que no me encuentro nada bien. He intentado ir al baño, pero apenas puedo andar, me duelen mucho las piernas... Me siento muy débil, tigre. No sé qué me pasa".

"Voy a buscar un vuelo ahora mismo. Volveré lo antes posible". Carlos oyó a TK teclear rápidamente en el ordenador. "¿Quieres que llame a Tommy o Nancy para que te echen un vistazo?".

"No les molestes".

"Sabes que no es molestarles si no te encuentras bien".

"Bueno... está bien... pero tal vez mañana. Ya me siento un poco mejor y me gustaría descansar".

"Nancy tiene las llaves de casa por si acaso. Les diré que entren, aunque estés dormida, y de todas formas vuelvo a casa esta noche. No me gusta dejarte sola más tiempo así".

TK no encontró vuelo hasta el mediodía. Por suerte, Nancy y Tommy contestaron enseguida a su llamada de grupo y prometieron llamarle en cuanto supieran qué le pasaba a Carlos, pero la espera le estaba afectando.

Hizo la maleta lo más rápido que pudo y, aunque odiaba tener que despedirse de Enzo y sobre todo de Jonás, necesitaba estar con Carlos y asegurarse de que todo iba bien... aunque sabía que no era así.

25 letras másWhere stories live. Discover now