04: unforgiven ¹/²

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Valeria Garza x Lectora.

En dónde _______ conoce por qué siempre se dijo que Valeria era despiadada.

Advertencia: angst, mucho angst. Violencia física y psicológica, tortura, abuso.
No apto para menores o personas sensibles a los temas anteriormente mencionados.


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Oye... Dame un respiro. — dijo divertida y algo agitada, con el cuerpo de su novia sobre el suyo mientras le daba besos sobre sus mejillas.

Era demasiado amorosa, y Valeria la amaba con todo su corazón.
No había día en el que la muchacha no buscase besar sus párpados, sus labios y sus mejillas para recordarle lo mucho que la amaba.

Era una mujer muy dulce, y confiaba en ella más que en nada.

Había estado con ella desde abajo, desde que no era nadie, cuando había decidido salir de la milicia y había "arruinado su vida" como muchos le decían.
Pero ella siempre la había apoyado y le había demostrado su amor.

Ambas sabían lo que eran las injusticias y lo malos que podían ser los hombres.

Valeria había estado en la milicia y descubrió que no había justicia allí. Ella trabajaba como loca, superando a sus compañeros hombres, sin obtener las mismas recompensas que ellos.
Estaba cansada, y cuando se fue se prometió a si misma que iba a ser mucho más poderosa que todos ellos, y que ayudaría a todas las mujeres que fuesen sometidas por hombres.

Allí la conoció. Había decidido saquear un prostíbulo y la había rescatado.
La muchacha era encantadora, demasiado inocente para la vida que tenía.

No había pasado mucho cuando se enamoró de ella, y desde ese día no la había dejado.

Diez años a su lado eran los suficientes para poner un anillo en su dedo. La amaba con toda su vida, y quería amarla por todo lo que restaba de ella.

Ambas fruncieron sus cejas cuando el timbre de la casa sonó, en especial Valeria. Nadie más que su novia y su mano derecha, Ezequiel, conocían la ubicación de su cálido hogar.

— Val... — susurró cuando su novia la apartó.

— Ya regreso, bonita, voy a bajar. Debe ser eze.

— Está bien... — susurró, recostandose entre las cálidas mantas. Su pijama de seda rosa era muy frío para salir.

Valeria bajó las escaleras de la casa y abrió la puerta luego de corroborar que fuese aquel hombre.

— Eze, ¿qué nece-?

Ezequiel le cubrió la boca y entró en silencio.

— ¿_________ está en casa? — susurró y ella asintió, viendo extrañada los dos autos más que estaban junto al del hombre. — Necesito que te sientes y escuches lo que tengo para decirte, pero no llames mucho la atención.

Valeria se sentó en el sofá con el hombre junto a ella y él le entregó un sobre de papel madera.

Valeria lo abrió y juró que su alma escapó de su cuerpo.

Era su novia, su amada novia, su prometida, de espaldas hablando con uno de esos militares.
Pasó a la siguiente foto y su sangre hirvió.

No solo la estaba traicionando en su trabajo, sino que también la estaba traicionando a ella como su novia.

Se estaba besando con el militar.

— Creemos que... Creemos que está casada con un militar. Llevo siguiendola desde hace varios meses y la veo ir hacia esa casa a hablar con él. Está llevando información nuestra, Valeria, nos está vendiendo.

Call of Duty [one shots]Where stories live. Discover now