Era 27 de diciembre y Yasuho había acompañado a Daiya y Hato al centro comercial para comprar ropa para el año nuevo también habían parado en la zona de accesorios a petición de Hato, pero solo era una excusa para averiguar la medida exacta del dedo de Yasuho tal y como le había prometido a su hermano.
La celebración del fin de año se celebraba en familia y a pesar de que en un principio en la comida iban a ser solo los Higashikata y Yasuho, Norisuke había invitado a la madre de Yasuho.
-Muchísimas gracias por haberme invitado.- Agradece la matriarca de los Hirose de manera amable.
-No es nada, eres la madre de la novia de mi hijo y me contaron que ambas se perdonaron, ¿no es así? - Suzuyo asintió con la cabeza a modo de respuesta. -Entonces no hay motivo por el cual no deba invitarla señora Hirose.-
La mañana y tarde transcurrieron con total normalidad. Las horas pasaron y minutos antes de que los Higashikata y Hirose saliesen camino al santuario y celebrar allí la entrada del nuevo año, las chicas estaban en la habitación de Hato terminando de ponerse los kimonos y arreglarse para la ocasión, los chicos por su parte estaban cada uno en su habitación excepto Tsurigi que estaba junto a Joshu debido a que él fue quien se ofreció a ayudarle.
Josuke había terminado rápido y se había quedado mirando de manera atenta a la cajita de terciopelo azul del anillo de compromiso que se encontraba sobre la mesita de noche.
El chico de ojos bicolor salió de sus pensamientos en cuanto escuchó la puerta de la habitación siendo golpeada.
-Josuke, hijo, ¿puedo pasar?- Pregunta Norisuke una vez que abrió un poco la puerta.
-Por supuesto, puedes pasar.-
En cuanto el patriarca de los Higashikata obtuvo el permiso de su hijo para entrar, no dudó en hacerlo cerrando la puerta en el proceso. El hombre se acercó a paso lento y una vez que estuvo cerca del joven, colocó su mano sobre el hombro izquierdo ajeno.
-¿Vas a llevarlo? El anillo digo.- Ante tales palabras, Josuke miró a su padre pensativo. Todavía no lo tenía decidido.
-Sinceramente, no lo sé, desde que tengo el pensamiento de casarme con Yasuho no he parado de sentirme muy nervioso y tener algo de miedo.- Reconoce el joven.
-Josuke hijo, eso es algo normal, pero debes de saber algo, hasta que no se lo pidas, esos nervios y miedo no desaparecerán. Y pase lo que pase, yo estaré contigo.- Añade Norisuke con sinceridad y con la intención de tranquilizar a su hijo, algo que logró conseguir.
-Tienes razón, muchas gracias.- Agradece Josuke.
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Destino
Любовные романыFresa, cerezas, chocolate, vainilla y así un sin fin de sabores de pasteles que había en la mesa de la frutería Higashikata. Yasuho ya se había ido del local, dejando a Josuke acompañando a su nueva familia. -Venga Josuke, no seas tímido. Elige un...
