El castillo de las sombras // Adrinette

23- Kiss The girl

23

Las palabras de Adrien seguían resonando en su cabeza con fuerza. Una tras otra. El dolor en su voz la torturaba como nunca nada la había torturado.

Y aún así, una pequeña chispa de esperanza le decía que se calmara, que quizá el llegaría como en una película de romcom de los 2000.

Antes de subir el avión...mientras subía las escaleras, escuchó una voz.

— ¡Marinette!— Era Félix, quien gritaba desesperado. — ¡Marinette!

— ¡No te vayas! — La voz de Adrien se escuchaba ronca, como si ya estuviese dañada por tanto llorar.

Ella volteo y rápidamente bajo las escaleras.

Y entonces....

Se despertó.

— Mierda...— Pensó mientras se reincorporaba y volvía a encender su tableta de dibujo.

Los días se pasaron en un parpadeo desde que volvió a ver a Adrien  y ella seguía sin salir de la oficina. Terminaba diseño tras diseño con éxito, jamás tenía bloqueo alguno, quizá ese era el principal secreto de su éxito, que siempre lograba sacar a flote sus trabajos. Suspiró. Eran aproximadamente las 3:00 am y todos ya se habían ido, sin embargo ella se había prometido así misma que no se iría hasta que el vestido de boda  de Ariel quedara perfecto. Se levantó y camino hasta la máquina expendedora, buscando un café en lata. Casi pegó un grito cuando vio a Adrien de espaldas, que estaba pateando agresivamente la máquina.

Se acercó y le tocó el hombro.

Adrien giro, gritando asustadisimo.

— ¡DIOS MÍO!¡SEÑORITA LADYBUG!¡ME HA ASUSTADO! — Marinette rio nerviosa. — ¡Creí que estaba solo!

Ella negó.

Se acercó a la máquina y le dió un codazo, luego de eso observó como el café cayó. Adrien ladeo la cabeza.

— Pero ...¿Cómo?...— Observó y rio levemente.— Claro...usted ya lleva más tiempo trabajando aquí, ya debe saber cómo patear.

Marinette río levemente mientras sacaba su propio café.

— ¿Se quedó diseñando?.— Asintió. — Oh...¿Que diseña?

Marinette tiro de el levemente y le enseñó su SketchBook, era el vestido de bodas del final de la obra. Después, escribió en una hoja del mismo : "¿Y usted?'

— ¿Yo?...bueno, estoy ensayando una canción.

— "¿Cuál es?"

— ¿Que cuál es?...Oh...Es "besala".

Sus labios se acercaron a los de él de manera tímida y lenta, después ambos se dejaron llevar por la dulzura del beso. La canción de fondo era el toque mágico que necesitaban. Con esa canción se dieron su primer beso, además, se dieron cuenta de que se deseaban de todas las maneras que un ser humano podría desear a otro.

Marinette tragó saliva ante el recuerdo y escribió.

—"¿Es una canción complicada?" — Adrien negó y tomó su brazo.

— De hecho no lo es. ¿Usted podría... ayudarme?

— "¿Ayudarlo?"

— Si. Mientras yo toco, usted dígame si se pierde el ritmo...— Marinette Asintió. Al menos así podría pasar más tiempo con él.