Capítulo 38: Originalidad

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Vera.

He practicado bastante mis trazos, durante muchos meses, y por fin puedo decir que sé dibujar. Y coser. También diseñar. Estoy orgullosa de mí. Me costó trabajo, pero lo logré.

Al principio, hacía los bocetos de mis diseños en unos moldes de vestidos que ya estaban dibujados, sólo tenías que crear tú el diseño, decorarlo con pedrería, la tela que tú quisieras y cómo quisieras.

Me basé en mi inspiración, Tony Ward.

Cuando vi por primera vez sus creaciones, quedé fascinada, eran simplemente extraordinarios.

Ahora tengo que poner más empeño porque estoy muy segura de que quiero conseguir ese viaje por un mes para conocer la haute couture alrededor del mundo.

—Como saben, cada día estamos más cerca de la presentación de su último diseño. —Hace un ademán con las manos, luego golpea el escritorio— ¡Necesito que den lo mejor de ustedes! ¿O qué, acaso son unos incapaces?

Nos quedamos en silencio.

—Les pregunté algo, y cuando Mikhail pregunta algo, se le responde. ¡No educamos ineptos!

—No. —Respondimos al unisón.

—Bien. Ahora que ha quedado claro que todos somos capaces... Les explicaré las bases del concurso...

Puse total atención en las palabras del ruso. Saqué mi libreta en donde comenzaría a anotar lo más importante.

—Se evaluará la clase, la calidad de la tela, el diseño, pero sobretodo, la originalidad y creatividad... —Se aclaró la garganta mientras se acomodaba un botón de la manga de la camisa— Conseguirán a tres o más modelos para que porten sus diseños y los mostrarán en el salón de la pasarela —Es un simulador de lo que sería una pasarela en la vida real— ¿entendido? Recuerden que no sólo basta con querer hacerlo, también se requiere de talento. Así que, si no lo tienen, ni modo. No nacieron para esto, o para cualquier otra cosa que, por más que intenten no les salga, cuando algo no es para ti, no es para ti. No sólo basta con la voluntad. —Sus palabras eran crueles, pero ciertas. Él me agrada porque no tiene tacto al decir las cosas, es de ese tipo de personas que si saben que estás mal, te lo dirán de manera directa y sin rodeos, hablando siempre con la verdad.

Sonrío, no me intimida para nada. Me parece incluso tierno.

Si algo me ha enseñado Amelia Lombardo es a ser muy competitiva. Y, justo ahora se lo agradezco.

Voy a ganar, así sea lo último que haga.

—Ahora, pásenme los diseños que les pedí la semana pasada.

Esta vez pidió que fuera algo sobrio pero con un toque extravagante. En mi defensa, lo hice lo mejor que pude, y eché a perder un montón de bocetos.

Todos se levantaron para mostrar sus diseños, pero decidí quedarme hasta el final, así si me regañaba, nadie escucharía.

Me formo detrás de una chica.

—Katrina... esto es... ¡horrible! Mira esto... —Resopla y decide mirar a cualquier otro lado— lo hiciste ayer, ¿verdad?

Katrina asiente con la cabeza.

Mi corazón empieza a palpitar rápidamente. Estoy nerviosa.

—Siguiente. —Ordena y doy un paso al frente para mostrarle mi diseño.

Mikhail me miró enarcando una ceja.

—Vaya... mira ese complemento. —Señaló mi vestimenta— Veo que has mejorado. Me alegro mucho, en la industria de la moda, estamos producidos.

Sonreí, a pesar de lo de «producidos».

—Gracias. —Le entrego el diseño del vestido que tanto trabajó me costó.

Se lo quedó mientras espolvoreaba un polvo invisible con los dedos. Hizo un gesto raro con la boca.

Mi diseño es un vestido strapless corto con una tela que está justo a la cintura, como faldón o media capa que cae hasta el suelo, algo sencillo pero elegante a la vez. 

—Me agrada. Justo lo que quería captar. Me entendiste, pero no quiere decir que dejes de practicar. —Dice con expresión seria.

¡Sí!

Ya obtuve su aprobación, ahora solo faltaba el concurso. 

My Rockstar Lover [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora