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—¿Para quién trabajas?

JiMin abrió la boca confundido, tratando de encontrar palabras para decir, pero nada salió de su boca, sobre todo porque no entendía de lo que hablaba ese tipo. 

—Yo... b-bueno... 

—Habla bien, niño, no tengo todo tu tiempo. — YoonGi extendió sus brazos por lo largo del sillón, viendo con determinación al chico sentado frente a él. 

Se le veía confundido y un poco asustado, desde luego que sí, a YoonGi no le gustaba que se metieran en sus cosas, y cualquier persona que intentara tomar lo que es suyo, siempre recibiría las consecuencias. 

—No trabajo para nadie, señor — JiMin balbuceó —, b-bueno sí... pero dudo mucho que a usted le interese saber que sólo trabajo en una cafetería. 

—No seas tonto, ¿creés que voy a pensar que fue una coincidencia? estábamos en el aeropuerto, en el mismo vuelo, a tres asientos de distancia, que extraño que llevaras un maletín idéntico al mio, y que por casualidad terminaras tomando el equivocado. 

JiMin tragó con dificultad, no sabía que responder pues al parecer este tipo no tomaría en cuenta sus palabras.

—Co-con todo respeto señor... yo no sabía que estábamos en el mismo vuelo y tan cerca de usted — una gota de sudor resbaló desde su sien —, y es verdad, sólo tome su maletín porque pensé que era el mío, después de todo, nadie me buscó ni me avisó que había tomado el equivocado hasta que ya estaba en mi departamento.

YoonGi alzó una ceja. —¿Abriste el maldito maletín?

—¿Cómo cree que me di cuenta de que no era el mío?— devolvió la pregunta JiMin —, escuché... yo no sé que cosa hace, tampoco me interesa, pero listo, su maletín está ahí, puede tomarlo e irse. 

—¿Y crees que es tan fácil?— inquirió el mayor, una fina sonrisa se dibujó en sus labios, y le dio una mirada cargada de cinismo al rubio frente a él. 

JiMin desvío la mirada de un lugar a otro, viendo a los otros tipos en la habitación, ciertamente todos eran más altos que él, con más músculos y tatuajes, podía jurar que uno de ellos tenía hasta tatuado los dientes. De acuerdo, estaba cagado del miedo, pero, en su defensa, realmente había sido despistado en agarrar un maletín que no era suyo. 

Jodida suerte se cargaba. 

—Ehh... ¿si? ¿por qué deberíamos complicarlo?— JiMin alzó una ceja con cierta pena. 

El pelinegro bufó, hizo una seña y el tipo que estaba detrás de él con su arma, incrustó esta en su nuca de manera fuerte, gimió bajito por el dolor, escuchó como quitó el seguro del arma, listo para disparar a la primer orden de su jefe. 

A JiMin le tembló el labio. 

Tenía pésima suerte, realmente la peor de las suertes. Y es que, conocer a Min YoonGi no debía ser otra cosa que una desgracia, sobre todo si le terminó robando un maletín que resultaba ser de suma importancia para el mayor. 

En su defensa, sus maletines era idénticos y él se había confundido de las prisas que llevaba por salir del aeropuerto. 

Ahora, tenía a un tipo de metro setenta y nueve, ojos oscuros, semblante arrogante, extremadamente caliente, divirtiéndose con la situación en su departamento. 

Y algo le decía a JiMin que no debía tomarse eso a la ligera. 

No debía excitarse porque aquel tipo se había sentado frente a él, con las piernas abiertas dejando que la cosa entre sus piernas se marcará bien acomodada entre sus pantalones. 

GUILTY¹ | YoonMin Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ