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—No soy un maldito juguete sexual. — susurró JiMin sobre los labios de YoonGi, el pelinegro asintió, volviendo a unir sus labios en un necesitado beso.

JiMin realmente se había negado, hizo todo lo posible por resistir a la tentación, pero Min YoonGi no ayudaba en nada. Fue prácticamente todo un reto convencerse a sí mismo sobre las ganas que tenía de aceptar la petición de YoonGi, pero aquí estaban, en la cama de JiMin, rodando como animales entrelazados mientras la ropa salía volando por toda la habitación.

—Lo tengo, no lo eres. — YoonGi jadeó al sentir la erección de JiMin contra la suya, tomó de ambas muñecas del contrario y las subió sobre la cabeza de éste.

JiMin apretó con fuerza sus labios, evitando gemir cuando YoonGi se restregó entre su entrepierna, sintiendo como sus miembros rozaban.

—P-pero tienes que saber... — JiMin jadeó cuando los besos del mayor bajaron por todo su cuello —, soy nuevo en esto, así que...

No podía esperar gentileza de su parte, ¿Min YoonGi siendo comprensivo? nah, así que evitó decir lo último y cerró los ojos con fuerza cuando sus palabras fueron ignoradas y unos labios cayeron sobre los suyos, besándose una vez con hambre.

JiMin sabe que esto está mal, que no hay vuelta atrás, pero ya está hecho, YoonGi se irá después de esto y no lo volverá a ver, ese es el trato y así se quedarán las cosas. YoonGi vigilará que todo esté bien después de eso, para no dejarlo en la mira de otras personas.

El rubio sabe a lo que se enfrenta.

¿Pero por qué es tan difícil negarse a ese hombre? Por dios, es guapo y caliente, pero se a encontrado con varios hombres igual de calientes y nunca, nunca, había caído tan rápido antes sus encantos.

Cierto, ya había pasado tiempo desde la primera vez que se conocieron, pero por dios, el JiMin de antes nunca hubiera aceptado estar haciendo esto con un tipo como YoonGi.

Pero aquí estaba, sobre su cama abierto de piernas ante ese hombre.

YoonGi llevó una de sus manos hasta la boca del menor, ordenándole abrir de esta y metiendo sus dedos para dejar que JiMin hiciera el trabajo.

Sabía que esto dolería, y ya que no tenían lo necesario para hacerlo posible, entonces tratarían de improvisar. Retiró sus dedos cuando estos ya estaban lo suficientemente listos y mojados, los llevó hasta la entrada del menor y tanteando un poco comenzó a hacer presión poco a poco, acariciando primero con tranquilidad mientras procuraba no verse tan desesperado.

Sus partes dolían por las ganas de tener un agujero alrededor de su miembro, y dolían en serio.

Metió dos dedos poco a poco, logrando que JiMin se pusiera rígido ante la intromisión, dos dedos de una sola eran mucho para alguien que no había hecho esto. YoonGi movió estos en su interior, penetrando con lentitud y firmeza, arremetiendo duro contra su punto una vez que lo encontró.

JiMin gemía, trataba de concentrarse y ocultar sus vergonzosos gritos, pero no podía hacerlo cuando Min YoonGi movía sus dedos tan bien.

No sabía si ese hombre era todo un experto en tener sexo con hombres, pero por la manera tan natural con la que hacía las cosas, le daba a entender que sí. JiMin reprimió un quejido cuando sintió los dientes de YoonGi capturar su oscuro pezón.

Arqueó que su espalda y apretó sus manos en los hombros de YoonGi, movió sus caderas contra los dedos de aquel hombre, quería más y más, necesitaba más de él. Todo lo que pudiera obtener, porque después de esto, no volverían a verse.

YoonGi dejó grandes marcas sobre su pecho, sus labios eran capaces de dejar chupetones tan violentos que JiMin temía que alguien fuera a verlos mañana, no sabía como iba a ocultarlos.

GUILTY¹ | YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora