26. Anne Martin ✔

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R E E C E
Me alejé casi como si hubiera cometido el octavo de los pecados capitales , empujé la silla con una fuerza tan grande que acabó estrellándose contra el piso ocasionando un resonante estruendo.

—Perdón.—dije sin titubear.

Su rostro era un poema entre la confusión y lo que parecía ser rabia. Sin más dejé el libro de golpe sobre la la mesa y salí de la biblioteca a largas zancadas llevando una mano a mi frente siendo atacado por un fuerte desconcierto. Era como si de repente hubiese dejado de ser una persona completamente cuerda y hubiera pasado a convertirme en un...

Ya no sé ni qué pensar.

Basta ,Reece ,ya ,no te tortures con ello.

Al final ,mi objetivo había quedado en el olvido, como siempre. Últimamente me estaba desvinculando de mis verdaderos propósitos, era algo que no me agradaba en lo absoluto. Respiré profundamente y continúe mi camino.

A M E L I E
Tomo el libro que había quedado sobre la mesa y lo analizo por mera curiosidad sin prestar mucha atención a los pequeños detalles mientras pensaba en lo que recientemente había sucedido, un fuerte dolor de cabeza me invade obligándome a sentarme nuevamente. Escucho unos pasos detrás de mi , inevitablemente me hacen sobresaltar.

¿Había vuelto?.

—Buenos días para ti también ,Giulia.—era Xander.—¿Estás bien?.—se acerca.—Parece que has visto a Satanás de lo pálida que te encuentras.

—Todo está bien.—hablo fríamente.—No he visto a ningún Satanás.

—¿Y que me dices del hombre que acaba de salir?.

Xander no obtuvo respuesta alguna de mi parte ,es que ni siquiera yo la tenía.

—En fin ,son temas que no me incumben.—sonrió y yo asentí.—He venido a traer una noticia que quizás te agradará.—tomó asiento frente a mi.

Por primera vez me fijaba en Xander ,era atractivo ,de ojos oscuros al igual que su cabello, piel bronceada ,nariz recta , cuerpo atlético y una estatura digna de un jugar de básquetbol. Mis pensamientos comenzaron a inquietarme y opté por buscar desecharlos al instante sacudiendo mi cabeza.

—Mi padre y yo queremos hacer más por los huéspedes del Hotel , de todas formas , él es el alcalde de este lugar y tiene poder. Tenemos pensado realizar una reestructuración de la edificación , digamos que ya es hora de enterrar el pasado.

—Pensé que la noticia era que iban a investigar más sobre los asesinatos que se cometen casi a diario en el bosque.

—No sé a donde quieres llegar con eso , Giulia ,pero deberías de detenerte.

—El tema te resulta incómodo—lo miro con incredulidad.—¿Tienes algo que ver con los crímenes?.

—Claro que no.—su mandíbula se tensó.

—Es como si no te importara que murieran los pocos habitantes de este jodido lugar. Tanto tu padre como tú solo piensan en la fachada del hotel , pero poco les importa el tema realmente alarmante.

—No eres nadie para hablar de eso , mucho menos cuando tú también ocultas algún asesinato.—me señaló con el dedo índice.

—¿Cómo puedes estar tan seguro?.

Por primera vez la voz no me trastabilló cuando hicieron mención del tema, debía de estar orgullosa, quizás no tanto.

—¿Crees que no te he visto temblar y susurrar cosas que solo demuestran que tienes cargo de conciencia?.—golpe bajo.—¿Quieres que traiga a la policía o a los detectives a la casa de los criminales? Si no lo he hecho es solo por ustedes , mi historial está completamente limpio. Ahora , no quiero seguir hablando de este tema , debo marcharme.

Tú eres la culpable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora