𝗇𝗎𝖾𝗌𝗍𝗋𝖺 𝗇𝗈𝖼𝗁𝖾. (1/3)

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William estiró su cuerpo con delicadeza, sin querer perturbar el descanso de los dos a su lado. Acomodó sus lentes y tomó una posición cómoda entre los edredones, observando con atención a la pequeña, quien se aferraba con sus pequeñas manitas al brazo derecho de Miss. Alex, sin tener demasiadas intensiones de soltarlo o siquiera permitirle estirarse más allá de un centímetro.
Su mirada viajó hacia el pelinegro, permitiéndose delinear sus facciones con detalle, admirando la tranquilidad que su expresión reflejaba. Disfrutó de sus detalles, poniendo especial atención en aquellos lunares que parecían dibujar una constelación en su rostro, como un divino adorno, mas no pudo evitar fijarse en las ojeras distintivamente marcadas bajo los ojos del azabache, reflejando las noches en vela que Alex tenía que sobrellevar desde hace más de tres años.

En ese momento, se preguntó si sería buena idea asegurarse de que Alexis pudiera dormir mejor, como una recompensa por cuidar tanto de Tallulah, o tal vez solo estaba buscando excusas para dormir con él más seguido, solo tal vez.

Cuando Alexis escapó de los brazos de morfeo, abrió sus ojos entre la oscuridad del cuarto, entendiendo que la noche había caído hace ya algún tiempo

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Cuando Alexis escapó de los brazos de morfeo, abrió sus ojos entre la oscuridad del cuarto, entendiendo que la noche había caído hace ya algún tiempo.
Se incorporó con delicadeza, refregando sus ojos de forma perdida, intentando recuperar la velocidad normal de su cerebro  mientras se concentraba en sus calcetines con pequeños patitos como diseño. Se mantuvo así por varios minutos, considerando seriamente si dormirse un poquito más en aquella calidez reconfortante, pero sabía que si no daba señales de vida, George iba a encontrarlo y arrancarle las piernas con los dientes para después obligarlo a comerlas, es tan lindo tener un mejor amigo (o tener a George de mejor amigo)

En medio de su debate interno y entre algunos quejidos ahogados, no fue consciente de como el castaño llevaba tiempo despierto, incluso antes que él, observando con una pequeña sonrisa como Alex lentamente se volvía consciente de su propia persona, alejando el sueño con la dificultad que un descanso profundo conlleva.
Alexis sintió como lo observaban y no supo si era peor la posible existencia de un fantasma entre aquella oscuridad o que Will lo hubiera visto en su estado zombie, francamente deseó que fuera la primera, pero cuando una voz ronca llegó a sus oídos, supo que el fantasma podría esperar.

Su piel se erizó, con delicadeza y lentitud, mientras volteaba con intención de encarar al castaño, recibiendo una sonrisa y su aspecto desalineado que confirmaba que William Soot podía verse bien en cualquier situación, hipótesis que Alex había generado en secreto al verlo por primera vez.
Ambos se mantuvieron en silencio por varios segundos, con un nerviosismo creciente por parte del azabache y una adoración profunda adornando los luceros del castaño, era consciente de lo poco que se conocían, pero Will juraría que no habría visto a ninguna persona con tal belleza o siquiera similar a la de Alexis, era distinto, era reconfortante.

—Hola...—La mirada del más alto puso al pelinegro ligeramente nervioso, no lo juzgaba, pero no se sentía digno de ser observado por la eternidad por alguien como el castaño, alguien que podría verse perfecto hasta cayéndose de algunas escaleras o con ropa sin combinar.

—Hola, Alex.— Aún le costaba acostumbrarse a su nombre escapando de los cerezos contrarios, sin el "Miss" o siquiera Alexis, como un decreto de cercanía entre ellos o una reacción involuntaria manifestada en un sonrojo por el simple hecho de que fuera William quién lo nombrara.

El silencio volvió a reinar, entre la comodidad que su contacto visual les entregaba, aunque fueron interrumpidos por Tallulah abrazando con fuerza el brazo de Alex, probablemente extrañando su calidez corporal.
Ambos rieron en voz baja y comenzaron a mimarla, en busca de permitirle continuar su descanso sin ser interrumpida, cuando la mirada de Will volvió a caer sobre el pelinegro, mientras Alex no sabía si esperar algunas palabras o solo era un momento en que la mente del castaño se volvía un misterio para él.

—Eres... excelente con los niños, sé que es tu profesión, pero ¿Aprendiste trabajando o...?— Alex entendió la pregunta, a la perfección, más no evitó que el nudo en su garganta de puro pánico se instalara como una daga, sabiendo perfectamente que William no tenía intensiones complicadas más que curiosidad.

Tomó aire y sonrió levemente, recuperando fuerzas.—En parte, aprendí por la carrera... pero, tuve un hijo hace algunos años, con mi ex esposo, pero... necesitaba descansar ¿Entiendes? No estaba destinado a estar con nosotros por más tiempo.-— Cuando le explicó a Tallulah la situación con palabras suaves, pudo justificarse con el hecho de que ella era una niña y era necesario ese toque delicado, pero con William, Alex no pudo negar que le era imposible mencionar que Tilli había muerto, sus cuerdas vocales agonizaban al momento de mencionar el nombre de su pequeño y el concepto de muerte en una misma oración.

William entendió y deseó no haberlo preguntado, no para escapar de esa parte de Alex, pero tal vez no necesitaba hacerlo hablar sobre aquel tema tan temprano, aún cuando no tenía idea.
Alex leyó sus palabras y pudo anticiparse, dedicándole una sonrisa sin gracia, pero con la mayor comprensión vista en años.

—Will, no te sientas mal por haber preguntado, es algo de mí con lo que estoy dispuesto a hablar.

—Lo sé, Alex, solo... no quiero ser entrometido, sé que nos conocemos hace poco y aún no tengo derecho de escuchar tu historia, pero quiero hacer las cosas bien contigo, no sé exactamente qué cosas, pero por lo menos una amistad— Alex leyó honestidad en cada detalle de su ser, pasando una de sus manos por la almohada y extendiéndosela, con William tomándola con su diestra, disfrutando del perfecto encaje que parecían tener.

—Hagamos un trato.—Habló el pelinegro con una sonrisa cálida.

—¿Cuál?—William se extrañó, levemente, pero decidió confiar en él azabache sin cuestionarlo por más de un segundo.

—Cuéntame tu historia y te contaré la mía,Wiliam.

—Cuéntame tu historia y te contaré la mía,Wiliam

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Viernes: Nuestra noche.
Sábado: Nuestra historia.
Domingo: Nosotros.

Tres capítulos seguidos como regalo, nos vemos mañana:3

 𝖬𝗋𝗌. 𝖲𝗆𝗂𝗅𝖾𝗒 𝗀𝗎𝗒. ★ 𝗤𝘂𝗮𝗰𝗸𝗯𝘂𝗿   𝗧𝗻𝘁 𝗗𝘂𝗼. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora