ESCENA 6

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Estrellas y Flores.

Parte 1.

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—¿Por qué debería bailar contigo?

—¿Es porque no te atreves a invitar a esas chicas guapas?

Lu Mingfei y Finger se abrazaron, bailando el tango junto a la pista de baile... La fuerte acción de mover la cabeza la hacían muy bien los dos, con una mirada feroz en los ojos, como dos comadrejas luchando por los huevos.

Cerca de ellos estaban los trajes de etiqueta negros de los chicos y los vestidos de etiqueta blancos de las chicas. El pelo de los chicos estaba peinado con elegancia clásica y aceite de oliva, el de las chicas había sido cuidado más meticulosamente, que presenta por elegante rizo con todo tipo de perfume diferente.

Los lustrosos zapatos negros de los chicos y los blancos zapatos de baile de tacón alto de las chicas pisoteaban el suelo de parqué de madera pulida, como un espejo, que reflejaba la enorme araña de cristal. De vez en cuando, las luces quedaban oscurecidas por las faldas que se extendían al girar.

Es una larga historia la de por qué bailan... Volvamos al momento en que NoNo tiró del ladrón Lu Mingfei y el inocente transeúnte Finger se dirigió directamente a la puerta del Salón Amber, y César se plantó de blanco frente a la puerta para contemplarlos con aplausos. Los ojos azul hielo de César fluyen con luz fría, detrás de él estaba el ministro de los seis departamentos del sindicato de estudiantes, tan pulcro como mil soldados armados.

—Justo a tiempo —. César miró el reloj Philippe que llevaba en la muñeca y sonrió débilmente.

—¡César te sonríe! —Finger hizo un escándalo.

Lu Mingfei se sobresaltó porque de pronto vio amor en aquella sonrisa...

—Tengo clase de ballet por la tarde —. NoNo subió.

César le pasó las manos suavemente por los hombros y le dio un beso en la mejilla de lo más elegante.

—Estás brillante. Nunca te había visto llevar esto.

—Lo compré con el profesor Guderian en su viaje de negocios a China —NoNo se encogió de hombros—. No puedes haber visto toda mi ropa. Todavía tenía esas costumbres fantasmales durante Halloween, ¿quieres ver?

—Definitivamente te daré caramelos si llamas a mi puerta con ese vestido —dijo César amablemente, y sostuvo la mano de NoNo, entró en el vestíbulo como un emperador.

En este proceso, no miró a nadie más, y cuando sus ojos brillaron sobre los demás, fue como una hoja afilada cortando el aire. Eran los dos únicos que quedaban frente a la puerta después de que Lu Mingfei y Finger hablaran en privado y levantaran la cabeza. Fue embarazoso para Ricardo M. Lu y su hermano Finger, de octavo curso, que acababan de armarse de valor para estrechar la mano de César.

—¿Es una severidad mostrada por él? —se preguntaba Finger.

—¿No deberíamos los héroes valorar la cara por encima de todo? —Lu Mingfei se dio la vuelta—¡Él no nos da la cara, nosotros no se la damos! Giramos la cabeza y nos vamos.

—¡No lo hagas! ¡Amigo, tienes que aguantar en este momento! —Finger le hizo retroceder, le dio el pulgar hacia arriba, animó al digno colegial como a un hermano y le empujó el hombro—¡Entra! Has sido invitado. ¿De qué tienes miedo?

Lu Mingfei se agarró con fuerza al pulgar de Finger.

—Hermano mayor, ¡confío en ti! ¡Soy tan buen héroe como tú, Finger! ¡Vayamos juntos!

Dragon Raja: The Blazing DawnlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora