Co-protagonista de mi vida

Capítulo 1 - Final y principio

—¡Gran trabajo todo el mundo! ¡La fase de rodaje* queda terminada! —gritaba el director ejecutivo, dando por terminada la grabación hasta la hora de los reshoots**.

Todos comenzaron a cambiarse y alistarse para poder irse. Algunos saldrían de fiesta, otros volverían con sus familias, otros tantos regresarían a la soledad de su hogar... Al fin y al cabo, desde el principio sabían que era algo temporal, una etapa más en sus vidas.

Lo que hay que hacer es terminarlas a lo grande, porque el recuerdo que más se conserva en la mayoría de casos es el del final.

Pero, ¿a lo grande en qué sentido? ¿Bueno o malo? Los malos siempre son los más recordados, porque la humanidad tiene esa tendencia natural: vivir de no conformarse con cualquier cosa, de siempre tener quejas y de estar en constante evolución. Entonces, ¿convierte eso al mal final en la mejor opción? Claro que no, pero tampoco en la peor.

Busquemos más opciones.

¿Qué tal si en vez de clasificarlos por buenos o malos, valoramos las oportunidades?

Si tras ese final no hay nada, es un final, ya sea feliz, malo, bueno o triste.

Si tras ese final inicia algo más, lo único que ha acabado es un prólogo y, aunque es más común recordarlo como inicio que como principio, puede decirse que es un final a lo grande.

¿De qué tipo sería este para cada uno?

—¡Nami! ¡Una gran actuación, como de costumbre! ¿Asistirás a la fiesta de despedida?

—Soy la co-protagonista, creo que estoy prácticamente obligada a presentarme allí.

—Oh, sí, es cierto. Todos nos merecemos una noche de celebración, han sido unos largos meses.

—Sí... De alguna manera, es triste. Muchos de los que estamos aquí hoy podríamos coincidir en futuros proyectos, pero jamás volveremos a trabajar todos juntos.

—Hablando de futuro, ¿sabes que Garp planea anunciar su retiro tras esta película?

—¿Garp? Es una pena, pero le entiendo. A su edad yo ya me hubiera retirado hace tiempo. Le ha dedicado toda su vida.

—Así es. He oído que le están organizando una fiesta de despedida.

—Se la merece. Así que se avecinan 2 fiestas, ¿eh? Vamos a estar ocupados.

—¿Es algo malo para ti? Por aquí es bien sabido que tu mayor prioridad es el trabajo. No es como si tuvieras planeado asistir a la despedida de Garp, ¿cierto?

—Respeto a Garp, pero no tengo tiempo para ir, así que le despediré en privado. Si no doy todo por mi carrera profesional no tendría ningún sentido para mí haber llegado hasta aquí.

—Ajá... ¿Es por la fama?

—No. La fama es molesta, después de todo; te limita mucho. Simplemente quiero llegar alto y que mi nombre sea recordado.

—Ya veo, tiene sentido. Mucha suerte con eso. ¡Nos vemos el viernes!

La mujer se fue, mientras Nami se limitaba a mover la mano en un gesto de despedida a la vez que sonreía con amabilidad, cosa natural para su interlocutora. Y es que solo su círculo más cercano podría adivinar, viendo aquella escena, que esa era una de sus típicas sonrisas profesionales y nada sinceras.

A decir verdad, ni ella misma recordaba cuándo había olvidado diferenciar una sonrisa honesta y completa de una de las que fingía normalmente en su trabajo. Aun así, no era que no pudiera sonreír con todo su corazón, sino que no podía identificar cuándo lo hacía, por lo que no había problema para ella.