Capítulo 11

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El beso

Un beso puede significar muchas cosas, así como transmitir sentimientos y emociones de todo tipo: amistad, cariño, unión, amor, pasión, deseo, nostalgia; pero, ¿qué pasa si no sabes identificar qué quiere decir el beso?

- ¡Esteban! – habló la mujer de cabello corto interrumpiendo aquel beso que el moreno por impulso le dio a la pelirroja.

Flashback

Muchachos, yo... - hace una pausa – Más bien, su papá me acaba de confesar que me sigue amando y el sentimiento es mutuo – observa a los jóvenes – por lo que hemos decidido comprometernos. – termina.

Todos se quedaron sin habla, incluso Esteban. No entendía la repentina declaración que acababa de hacer la pelirroja - ¿qué pretendía ahora? - se preguntaba, por el momento le iba a seguir el juego, ya después aclararía el punto. Se mantuvo un silenció hasta que Lucía habló.

- No – dijo en voz baja mirando hacia el suelo – ¿Cómo es posible? papá... - miraba a su padre con el ceño fruncido y los ojos llenos de lágrimas. Estaba celosa, se sentía amenazada pues no quería que ninguna mujer ocupara el lugar de su madre, pero no sabía cómo reaccionar.

Hugo los observaba serio, estaba sorprendido por el repentino compromiso, no habían pasado más que solo nueve días que la pelirroja estaba presente en sus vidas, y su padre ya decía amarla y quería casarse con ella, cuando hace solo dos semanas les había dicho que se casaría con Paula. Le parecía ilógico y lo expresó.

- Papá ¿a qué estás jugando? – cruza los brazos – hasta hace dos semanas nos dijiste que te casarías con la tal Paula, bla bla bla... y ahora vienes y le dices a la señora aquí presente que la amas y que te quieres casar. – frunce el ceño – ¿Qué planeas? y usted también, eh. – señala a la ojiverde que estaba tratando de contener las lágrimas. - ¿No les parece muy absurdo, ilógico todo esto? – pregunta ya en un tono molesto.

- Ay, ¿saben qué?... hagan lo que quieran, pero no cuenten conmigo. – interrumpe mientras seca las lágrimas que se le habían escapado – mi posición sigue siendo la misma respecto a tu matrimonio, papá, así te cases con Paula o con esta mujer. – dice la joven para después salir del despacho.

- Entonces... - los incita a hablar

- Hijo, mi compromiso con Paula se terminó el día después de que volví a ver a Marisa – confiesa volteando a ver a la pelirroja – luego de que ustedes se enteraran, lo platiqué con ella y bueno – encoge los hombros – no le agradó el hecho de saber que lidiaría con el desplante de dos jóvenes caprichosos. – mintió.

- bufo sonriendo – Me sigue pareciendo muy repentino todo esto. Pero bueno, repito lo mismo que Lucía, hagan lo que quieran. – encoge los hombros – luego hablamos tú y yo papá – dice para salir del despacho.

Una vez los dejaron solos, Marcia se permitió llorar y soltar el aire que estuvo reteniendo. Esteban se apartó de ella y comenzó a caminar de un lado a otro.

- ¿Por qué dijiste eso? – la volteo a ver.

- ¿No viste cómo me atacó Lucía? – dice una vez logra calmarse – suponía que algo así podía pasar. – toma el pañuelo que le ofrece el empresario.

- ¿O sea que ya lo tenías planeado? – pregunta.

- Sí – responde – créeme que no me agrada la idea, pero es la única forma que encuentro para poder estar cerca de mis hijos mientras encuentro las pruebas suficientes de mi inocencia. – confiesa

- Y dale con lo mismo... - suspira pesado – pero que terca eres ¿cuál es tu afán de "demostrar tu inocencia"? – hace señas con los dedos – Marcia, ya acéptalo te acostabas con Nicolás y después lo mataste ¿por qué? no sé y no me importa. – pronunció una vez que estaba cerca de la pelirroja.

- Cree lo que se te dé la gana. Yo a ti no tengo que demostrarte nada. – dijo encima de sus labios.

- Pues yo no me voy a casar contigo – roza su nariz con la de ella – es mejor que continúes siendo amiga del padre José para que puedas convivir con mis hijos.

- Ay por favor, Esteban. – se separa de el – no seas ridículo. ¡son mis hijos! – levanta la voz – Lamento vayas a tener que romper tu compromiso con Paula – dijo acercándose a él de nuevo – porque como verás, no hay otra alternativa corazón.

- No te preocupes, ya arreglaré eso yo con ella. – mintió.

El día después de que Marcia pusiera el plazo a Esteban para que dijera la verdad, Paula lo buscó. En ese momento, el moreno se encontraba confundido, acababa de ser sentenciado por su ex esposa y no solo eso, la había tenido entre sus brazos nuevamente, quizás no como deseaba, pero había tomado su cuerpo por un tiempo corto. Así que aprovecho la visita de la rubia para dar por terminada su prematura relación ¿se precipito? sí, ¿se arrepentía? no.

Estuvieron rozando sus caras y retándose con la mirada hasta que de pronto se escucharon pasos y la manija de la puerta moverse por lo que instintivamente, Esteban la besó. Fue un beso corto, pero duró lo suficiente para que el deseo se activara.

Fin del flashback

- ¡Esteban! – interrumpe Lucrecia provocando que se separen. - ¿qué significa esto? – estaba molesta. Al enterarse por Lucía lo sucedido, sintió como le hirvió la sangre y echa una furia, se dirigió al lugar donde se encontraban Marcia y Esteban.

- Un beso ¿no ves? – dijo Marcia con la intención de provocarla.

- Esteban ¿cómo permites que esta mujer haga contigo lo que se le dé la gana? – trata de ignorar la provocación que había hecho la ojiverde. - ¿Qué no fue suficiente el daño que te hizo revolcándose con Nicolás? vas a volver a quedar como el estúpido cornudo sin dignidad que solo hace lo que la zorra esta quiere.

Este último adjetivo que uso su hermana fue el detonante de una furia que invadió al moreno – Marisa va a ser mi esposa y no porque ella quiera, sino porque así lo deseo yo, pésele a quien le pese. – dice elevando la voz – retírate de mi despacho. ¡Ahora! – exige.

- ¿Por qué lo hiciste? – pronuncia una vez se encuentran solos de nuevo.

- No lo sé – sabía a lo que se Marcia se refería. Se dirige inmediatamente a la pelirroja una vez puso seguro a la puerta para que invadieran sin avisar. – pensé podía ser uno de los muchachos y quería ser convincente, tal vez. – dijo ya cerca de ella.

Marcia solo se dedicaba a observar los labios del moreno, necesitaba saber que sintió cuando Esteban la volvió a besar por primera vez en veinte años, pero el beso había sido tan corto que en menos de un parpadeo ahora ella se lanzaba hacia los labios del moreno.

La MadrastraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora