Capitulo 39

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Resultados

El pánico se apoderaba de ella y solo podía pensar en ese bebé, comenzaba a sentirse débil, sudaba frío mientras sentía como el flujo era más abundante. Un Hugo muy temeroso, la tomó en brazos y corrió con ella a la camioneta con Lucía detrás, para partir a urgencias.

[...]

En una celda se encontraba Esteban desesperado, una nueva sensación lo incomodaba, se sentía sofocado, creía que se debía a las malas expectativas que tenía por pasar su primera noche en prisión, también temía por el hecho de que Iñaki no lograra conseguir su libertad.

Algo está mal...

Era una sensación de angustia en el pecho que le incomodaba. Necesitaba ver a sus hijos y esposa, le preocupaba que, durante su estancia en la cárcel, algo malo les pasara.

- Esteban – llama su atención – vamos a ir a la oficina de la teniente porque necesitan que nos especifiques unos datos en tu declaración.

- Esta bien. – se pone de pie.

- ¿Cuál es el nombre del empresario con el que se iba a reunir? - pregunta la teniente una vez están sentados en la oficina.

- Rufino González

- ¿Cuál es el nombre de la empresa?

- Charter Entertainment

El abogado español y la teniente conectan miradas; estaba más que claro, se trataba de una trampa. Hace días habían descubierto una lista de empresas para las cuales Antonio Gil trabajaba en el tema de prostitución, y Charter Entertainment era una de ellas.

¿Con qué propósito habían buscado a Esteban?

Ese es lo que iban a descubrir. Había un dato más, el nombre de Rufino González, aunque existía la posibilidad de que se tratara de una identidad falsa, les sería de gran ayuda. Dos horas más tarde llegó el escrito por parte del informático donde declaraba que el video de la cámara 1 Magón día miércoles, había sido editado, contaba con un clip del día viernes. Junto con esa declaración, llegó la orden de libertad por parte del fiscal para Esteban.

- ¿Sabes si Marcia se fue a la casa? – le pregunta saliendo de la delegación.

- Sí, se fue con tus hijos. Vamos, te llevo.

- Gracias. – lo sigue.

[...]

La atmósfera en la que se encontraban Hugo y Lucía estaba por explotar. La joven castaña se encontraba sentada en la sala de espera con la mirada fija al suelo, mientras que el joven de cabello color azabache caminaba de un lado a otro desesperado; ambos estaban preocupados.

- Doctor ¿cómo esta Marisa? – se acercan al hombre de bata blanca cuando lo ven venir.

- Se encuentra estable, lograron detenerle la hemorragia y ahorita se encuentran haciéndole los últimos chequeos para comprobar que se encuentre libre de peligro. – informa.

- ¿Qué fue lo que paso? ¿qué tiene? – pregunta la ojiverde.

- Es mejor que ella les informe.

- ¿Podemos verla?

- Tendrán que esperar un momento en lo que su obstetra termina de revisarla.

¿Obstetra?

Lucía inmediatamente supo de qué se trataba y su preocupación no hizo más que incrementar.

Por otro lado, en una habitación de hospital se encontraba Marcia envuelta en angustia, observando como su obstetra miraba con los ojos entornados la pantalla del ecógrafo.

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