Capitulo 10: "Una mañana tranquila"

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—Mierda—maldijo Gunech en un susurro dejando caer su cabeza encima de mi pecho.

No sé quién está parado en la puerta y tampoco, es que me gustaría mucho saber. Pero quien sea que haya abierto esa puerta acabó con toda la magia del momento, como si me hubiera aventado un cubo de agua helada encima.

—Mamá, podrías salir por favor—.pidió aún con la cabeza enterrada en mi pecho.

¡Oh mierda!

Quien nos encontró fue la señora Susana.

La señora Susana era quien estaba parada en la puerta. ¡Ay mierda no!

En ese momento mi cuerpo no pudo reaccionar de otra manera que no sea tensándose. Sentí como la vergüenza invadía mi cuerpo, vergüenza que no disminuyó cuándo sentí sus pasos alejarse.

Puse mis manos encima de mis hombros de Gunech, empujándolo para que se levantará, se rodo a un lado de la cama pasándose las manos por la cara tras soltar un bufido de frustración.

—Lo siento Ellie—.dijo aún con las manos tapando su cara.

Y eso fue como el botón que me sacó de mi trance, trayéndome de regreso a la realidad.

El escucharlo pronunciar mi nombre, solo sirvió para despertarme y darme cuenta de lo que estaba a punto de hacer.

Estaba haciendo lo mismo que con Aksel por dejarme llevar, estaba a punto de acostarme con Gunech y siquiera lo estaba pensando. Solo iba a dejar que sucediera. Le iba a dar la razón a Aksel, me iba a permitir ser usada una vez más, pero está vez consiste de ello y solo por dejarme llevar.

Me levanté de la cama sin siquiera mirarlo, sintiendo como mis ojos se cristalizaban mientras recogía mis cosas a toda prisa por lo que estaba a punto de hacer.

Sentí el movimiento de Gunech encima de la cama pero aún así no me atreví a mirarlo, mientras entraba los pies en mis zapatos a todo prisa.

—Ellie...

No me detuve a escuchar su llamado a pesar de que se escuchaba confundido, mientras trataba de no dejar nada, tomando mi mochila y saliendo a toda prisa sin mirar a tras.

—Ellie.—volví a escuchar—Ellie espera.

Caminé lo más apresurado posible por el pasillo en el que se encontraba su habitación, tratando de llegar tan solo a las escaleras sin que las lágrimas que están en mis ojos se desborden.

—Ellie espera—pude sentir sus pasos detrás de mi y aumente el ritmo—Minions.

No me lo pensé ni un solo segundo antes de aumentar más el paso sin llegar a correr. Baje las escaleras prácticamente trotando hasta la puerta, formando las zancadas más grandes que mis piernas me permitieron.

Quería salir de aquí. Solo eso deseaba antes de que pudiera llegar a romperme delante de él. Quería irme aunque en el fondo soy consiente de que le deberé una explicación luego de esto, pero en este momento no quería darla.

Solo deseaba poder refugiarme en la seguridad de mi habitación, donde nadie más me ve y poder desahogarme como tanto ansío en este momento.

Pensé que tomar el pomo de la puerta en mis manos iba a ser un alivio, pero no. No cuando al abrirla me encontré con la mirada de mi papá y el señor Smith.

—Princesa—pronuncio confundido—¿Que...?

Esos ojos azules que tanto conozco me examinaron con una pequeña sonrisa en sus labios la cual se borró tan solo repasarme.

Y comprendo por qué, porque fue inevitable para mí no hacerlo junto con él. Y gracias al fino cristal que cubre la madera de la puerta donde me permitía ver un desprolijado reflejo, me pude percatar de que mi camisa solo estaba abotonada a los dos botones de en medio mostrando gran parte de mi sostén negro, no sé en qué momento llegue a tenerla así pero de seguro fue mientras me quitaba parte del uniforme pensando que solo me estaba desabrochando tres botones.

ElitzuhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora