Capitulo 33: Café, embarazos y chupitos

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—Siempre me he preguntado de donde salió tu amor hacia el café—.dice divertido mientras le preparo una taza de café negro.

—Creo que ese gusto lo heredé de mi querido padre—.sonrió.

—Siempre paso las cosas buenas—se halaga llevándose la taza hacia sus labios—mhm—vuelve a dar otro sorbo—delicioso como siempre.

—Tengo talento—me encojo de hombros echando hielo en la licuadora para prepararme mi café frío.

—Échale azúcar a eso—reprende.

—Para eso va a tener el caramelo y la crema batida.

—No sé cómo puedes ser una niña tan dulce si consumes tan pica azúcar.

—Eso es porque consume más chocolate  que agua—dice Jackson interrumpiendo en la cocina.

—No es por eso—sigo echando más cosas en la licuadora—es solo que tengo un don.

—El don de comer chocolate como loca y no caer en coma diabético—se burla haciendo que mi padre suelte una carcajada que trata de ocultar detrás de su taza

—Dije que tenía un don—corrijo—pero nunca dije de que.

—Pon para dos—pide centrándose en robar las galletas en el centro de la isla, hasta que papá le da un manotazo para que aparte las manos.

—Son mías—lo reprende.

—Soy tú hijo, por lo tal lo tuyo es mío.

—No, lo tuyo es mío porque yo te lo compro y lo mío es mío porque también lo compro.

Suelto una carcajada la cual es ahogada por el ruido de la licuadora.

—Pero.

—No—.no lo deja hablar.

—Solo una sola—suplica—papá por favor, mira que me muero si no consumo azúcares.

—Mira el envase del azúcar frente a ti—señala en tarro de vidrio—te aseguro que con esa no necesitas más.

Lo arrastró hacia él, haciendo que me mire mal.

—Se lo voy a decir a mamá—se queja como niño.

—Ya eso no funciona Jackson.

—¡Ma...!—grita pero papá se apresura a interrumpirlo tapando su boca.

—Toma—le entra una galleta en la boca de mala gana.

—Me encanta como nos entendemos en esta familia—murmura con una sonrisa.

—Te voy a desenredar.

—No creo.

Me doy la vuelta para buscar dos tazas dejando que papá mate a Jackson con la mirada. Le pongo un poco de caramelo en el borde antes de echar el café con leche y terminarlo con una corona de crema batida.

Le pongo una pajilla de metal, rodando uno de los cafés hasta mi querido hermanito y me arrepiento de inmediato al ver como saca la pajilla y le agrega una cuchara de azúcar, revolviendo todo y mandando a pique mi decoración.

—Para la próxima no te le pongo nada y le lo dejo en la licuadora—.lo amenazo.

—Tomo el tuyo—dice encogiéndose de hombros.

—Princesa siéntate—pide papá golpeando la silla vacía junto a él.—quiero tener una conversación con mis hijos.

—¿Ahora que hicimos?—indaga Jackson cauteloso.

—Nada—papá nos mira ofendido—solo quiero saber cómo va la vida de mis dos bendiciones.

—Iniciemos con la de Ellie—propone de prisa antes de que papá le pueda preguntar algo.

ElitzuhWhere stories live. Discover now