Capítulo 34: Ordalía

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Ordalía, prueba a la que eran sometidos los acusados en la Edad Media para averiguar su culpabilidad o inocencia.

SPOILER: PLOT TWIST

16 de Abril de 2022 5:17 pm, Ciudad de México.

Aysel Ferrara Ávila.

La maleta de parto comenzaba a parecerse a las maletas qué Lilith llevaba cuando se iba de viaje. Aysel sintió algo de remordimiento por haber criticado tantas veces sus decisiones de equipaje cuando vio la maleta, con cambios de ropa cómodos, tres conjuntos de recién nacido a 3 meses para la bebé, pañales, artículos de higiene personal, artículos para la lactancia e incluso unas pantuflas cómodas por si tenía que pasar demasiado tiempo en el hospital. La maternidad superaba la vanidad de su esposa por mucho, pero era una buena distracción en que ocupar su tiempo hasta que llegara la hora de la conferencia de prensa dirigida por Lilith para apartar los rumores de romances y dejar en claro que Romanov ya tenía un compromiso mayor, uno que venía con una pequeña en camino.

—Parece que nuestra pequeña Leva se va a ir de viaje apenas nacer —comentó Lilith entrando a la habitación después de pasar gran parte de la tarde ocupada en una de sus maquetas.

—¿Sabías que tienes que llevar más de un conjunto de ropa de distintas tallas? Tu madre compró como 5 piezas de cada talla y color existente en una tienda, es difícil elegir entre todo eso —comentó Ferrara—. Empaqué lo que me pareció esencial, pero no estoy segura de si va a ser suficiente.

—¿Lo esencial? —Lilith levantó una ceja al notar el paquete de pañales completo dentro de la maleta—. Creo que los nervios te están afectando un poquito, amor. Puedes dejar algunas cosas aquí, me tienes a mí, lo que necesites voy a llevarlo o incluso crearlo para ti.

La rubia se acercó a Ferrara a pasos lentos, tomándose su tiempo para tomarla de la cintura y abrazarla con cuidado para no presionar su vientre. Se colocó detrás de ella, su pecho se pegó a su espalda mientras sus manos se paseaban por su vientre, proporcionándole caricias a la bebé, quien respondió con pequeñas pataditas.

—Quién lo diría, hace un año estábamos discutiendo los preparativos de la boda y ahora estamos a unas semanas de tener una hija —comentó Aysel con una sonrisa satisfactoria en su rostro.

—El tiempo siempre nos sorprendió —respondió la rubia abrazándola con cariño—. Hace dos años apenas volvíamos a encontrarnos, no pasó demasiado para que volviéramos a estar juntas y fue cuestión de semanas para que nos comprometiéramos. Si hubiera sido por mí, nos hubiéramos casado desde el primer día en que volviste a ser mi novia, pero no quería ser demasiado intensa.

—Te habría dicho que sí —contestó Aysel desviando la mirada al suelo para no evidenciar su debilidad por Romanov—. Ni siquiera me hubiera hecho del rogar.

Compartieron una corta y airosa risa de complicidad. La cercanía, el silencio y el calor de tener a su esposa tan cerca, adormecieron su razón. La felicidad se volvió su burbuja y no existió nada más que ellas en ese momento, en una habitación con vestigios de recuerdos, pizcas de anhelos y un atisbo apenas perceptible en el aire de duda.

—Y ahora... ¿Aceptarías? —la voz de Lilith tembló, a la espera de una respuesta que no sabía si iba a llegar.

Ferrara se dio la vuelta para buscar su mirada, una profunda oscuridad qué a la luz poseía destellos de colores indescriptibles que nunca podría definir en un solo tono o color conocido. Su piel, tan suave y brillante como las piezas de arte, qué contemplaba en los museos, pero que podía besar en ese preciso instante si quisiera. Sus labios, la prueba certera de que su confianza en ella lo superaba todo y de que los nuevos comienzos podrían tener lugar. Los labios de Lilith temblaron al volver a hablar.

RENESSANS | Segundo LibroWhere stories live. Discover now