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—...pero ni siquiera está a la altura.
—sí amiga, tenes razón, imaginate que tuvo que ayudarla porque dejó de trabajar para ustedes. Lo necesita.
—eso es obvio, es el mejor en su equipo, en cualquier momento se va al exterior por como la está rompiendo, y ella... está ahí. No es linda ni nada. —escucho y ya no me puedo contener. Me doy vuelta rápido ante aquellas palabras de mi archienemiga, ex amiga, de quien jamás pense que escucharía aquello.
— ¿te pensas que te queda bien? Porque estoy a punto de plantarte una piña en medio de la boca para que te calles.
—vamos, Luana. No caigas en esta, vamos...
—esto es entre ellas, nena. —esta vez grita la amiga a Rocío.
Habíamos salido junto a ella, novia Gonza Maroni, ex compañero de Adam en San Lorenzo. Y con quien habíamos tenido una excelente relación desde que nos presentaron. Nos encontrábamos en la puerta del bar, a punto de salir, y no contábamos con que, una de las dos chicas, con quien tenía una relación buena en la universidad, pero al enterarse de mi noviazgo con Adam se había alejado, había comenzado a tratarme mal. Y estaría ahí para hostigarme.
—no le vuelvas a gritar porque... —me voy sobre aquella pero soy tomada de la cintura por unos brazos grandes rápidamente.
—ey, ey, ey, ¿qué pasa?
— ¡soltame, Adam, soltame que la voy a matar! —grito ante la risa burlona de aquella, Rocío intenta abalanzarse sobre ella pero es tomada rápidamente por Maroni quien no la deja y casi es arrastrada, mientras grita, hasta el auto. Y con algunas caras a punto de reírse de parte de él.
— ¡vamos amor, vamos! Ya está, ya está...
— ¡la próxima no va a estar tu novio para detenernos! Ella me grita y me quiero volver pero él me agarra más fuerte y me lleva entre sus brazos y mis pataletas, hasta el auto donde finalmente hace que entre. Él lo hace también, pero no lo enciende sino que cierra la puerta y se da vuelta a verme algo confundido. —uhm... bueno. Cuando me dijiste que ya estaban listas y que venga a buscarte, definitivamente no me esperaba verte a punto de... pelear con alguien, mi amor.
—no sabes toda la historia, no me culpes. —le digo enojada, mientras me cruzo de brazos.
—bueno, perdón amor. Tenes razón, si, si. ¿qué es lo que pasó? —pregunta mientras lanza una muy pequeña risa calmada, y me acaricia mi mejilla.
— ¡no te rías amor! Esa tonta... ¡ay! Esa tonta hablando esas cosas, ¡como si fuese que le hice algo! ¡No le hice nada! Y esos comentarios sobre "Bareiro es mejor que ella" "sólo es la sombra de Bareiro" "ella no hace nada, no es linda, no está bien que estén juntos" —La imito.
