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Camino hasta la cocina para hablar con Marcos, ya que la última discusión no había estado bien. No podía estar mucho tiempo enojada con él. Ambos veníamos un poco cansados debido a los últimos días que teníamos antes de las vacaciones en mi trabajo, y él, de su club. Pero teníamos la suerte y disposición de también arreglar todo rápidamente, pero a veces nos costaba un poco.
—bueno, pero esto tiene que seguir en secreto... —lo veo apoyado en la isla de la cocina, dándome la espalda, y con alguien por llamada telefónica así que decido no entrar y quedarme allí escuchando, ya que aquello estaba algo raro. —no, si. Ya sé. Camila estuvo bastante estresada este tiempo y estuvimos medio raros, así que necesito hacer esto, necesito que nos encontremos para ver qué hacer, pero nadie lo tiene que saber, ¿bueno?
«¿qué?»
Me quedo allí parada tratando de no sacar conclusiones apresuradas. Habíamos tenido algunos desencuentros en esta semana, pero no era para tanto, ¿o sí? No es como para que Marcos esté buscando a alguien más...
—bien, mandame tu dirección por mensaje, otra vez repito, a nadie, Emilia. Ahora me tengo que ir, no puedo seguir hablando, ella debe estar por acá, ¡nos vemos!
¿Emilia? Entonces así se terminaba todo, ¿por otra mujer? Me siento nerviosa, con ganas de salir corriendo, con ganas de llorar, de vomitar, de querer gritar. No podía creer esto. ¿Qué haría? ¿Qué diría? Rápido salgo de allí y voy directo a la habitación, al llegar empiezo a llorar llevando las manos a mi cara, tapándola. Caminando de un lado a otro si saber qué hacer. Quiero entender, quiero pensar que es mentira... Marcos y otra mujer. Me era imposible imaginar aquello. Mi Marcos, la persona que había estado conmigo en todos los momentos, en quien confiaba y a quien más amaba. Mucho dolor y angustia se quedan en mi pecho, tapo mi boca y lloro más fuerte. Estaba bastante rota con aquella idea de él yendo a buscar a alguien más.
— ¡lo odio! —camino rápido hasta el vestidor y comienzo a sacar toda mi ropa, no estaría un segundo más en este lugar. Es que estaba triste, pero también muy enojada. Él, quien me había prometido arreglar todo siempre, ahora yendo detrás de alguien más.
Cuando camino a buscar las valijas, algunos recuerdos de su club anterior se caen al suelo, haciendo bastante ruido. No me importa, sigo y voy a guardar todo para salir cuanto antes. Llevo la valija a mi cama y comienzo a sacar todo del vestidor.
