¿El final?

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Ha pasado una semana, después de la fiesta volví a mi casa, no en la ciudad, si no a donde vivo con mi familia, por suerte vivimos un zona zona playera, lo que me ha ayudado en estos momentos en donde mi ánimo está por los suelos, estos días no duermo ni como para anda bien, trabajo en la restaurante junto a mi familia, pero es lo único que hago, mis amigos me han invitado a salir, pero prefiero no ir a matar al ambiente con mi ánimo.
Hoy hago la rutina cotidiana que tengo, me levanto, trabajo y voy a ver el atardecer a la playa, durante mi turno me tope con una sorpresa, mis amigos de infancia llegaron al restaurante. -Hola.- les digo a todos con la mirada en el suelo, con tal de no verlos a los ojos, me conocen muy bien.
-No tiene que ver al suelo para evitar el contacto visual, muy tarde, ya lo sabemos todo. -Dice K
-De hecho ya hablamos con tus padres, tiene el día libre así que vamos, tenemos un día muy planeado- dice Billie.

Me quito el delantal y voy por mi bulto, a todos les doy un abrazo para saludarlos y empezamos a caminar hacia la playa mientras ellos hablaban sobre lo mucho que han hecho mientras no nos hemos reunido, yo solo me limito a escuchar, reír y decir una que otra palabra. Pasamos un día un poco divertido, pero no lograba divertirme lo suficiente porque no podía parar de pensar en Mingi a pesar de los muchos intentos de mis amigos para que dejara de hacerlo.

En un momento K, Elle y Jonh fueron a comprar más botanas. Y yo quedé solo con Billie en la manta, hubo por un momento un gran silencio.
-¿Entonces no funcionó? me pregunta.
-Sí no funciono, solo duró un poco- le conteste.
-Así como lo nuestro- me dice tratando de hacer contacto visual, pero yo lo evito.
-Sí, así mismo, como lo nuestro- dije
-Sabes he pensado mucho en ti últimamente, me has hecho mucha falta- me quedé en silencio por unos minutos. -Sé que no es el momento indicado para decirlo, pero quería que lo supieras-.
-No sé que contestarte, lo siento, en estos momentos-
-¿Te parece si lo hablamos después?-
-Creo que es lo mejor- le contesto.

Los chicos volvieron y las cosas siguieron su rumbo, ya había pasado el atardecer y era hora de volver a casa, caminaba con mis audífonos por la calle, pase un lindo día, pero no lograba sentirme lleno. Estaba llegando a la entrada a la casa de mi casa, pero había una camioneta parqueada en el coche, no le preste mucha atención y seguí caminando, al entrar escucha una voz familiar, pero pensaba que estaba alucinando por mi estado de ánimo, seguí por la entrada hasta llegar a la sala y fue cuando me di cuenta que no era una alucinación, estaba mingi junto a mi famili, platicando como si lo conocieran de toda la vida.
-¡Ya estás acá Yunho! dijo mi hermano. La habitación se llenó de un silencio incómodo, mordía mi labio para evitar llorar.
-¿Podemos hablar? me pregunto, pero si contestaba iba a romper en llanto y mi familia se iba a dar cuenta, salí de la casa sin decir nada, ya en la calle empecé a llorar, no podía calmarme, todo lo que había excitado llorar ahora está saliendo y no puedo controlarme. -Sé que no tenía que venir sin avisar, pero de verdad no podía estar otro día más sin hablar contigo-.
Tome valor para poder hablar -Está bien, pero acá no- le conteste, fuimos a una zona de la playa que no era tan concurrida.

Nos sentamos en un tronco frente a una fogata que Mingi encendió para que no nos diera frío, estuvimos en silencio por varios minutos escuchando las olas del mar y la brisa.
-¿Cómo has estado? ¿Has comido y dormido bien? me pregunto acomodando a  mi lado.
-Lo he intentado, de verdad- le conteste.
-Sabes, pensé mucho lo que sucedió y no puedo evitar pensar que te debo una disculpa, no debí ponerme del lado de Danny sabiendo que fue quien inició la discusión que tuvieron y aún sabiendo que debías de estar incomodo por lo del juego, de verdad lo siento mucho-. No podía dejar de llorar, ni hablar podía, él me abrazó y puso mi rostro en su pecho. -Me siento demasiado mal por verte así, nunca fue mi intención- pude escuchar cómo se quebraba su voz. -Amor, por favor, dame solo una oportunidad, prometo que todo lo que dije nunca lo llegue a sentir, solo lo dije porque estaba molesto, aunque no te lo había dicho y no es el mejor momento, pero de verdad te amo y esta última semana ha sido la peor de mi vida, no sabemos lo mucho que te he extrañado-. Pase mi brazos por su cuello, ambos nos quedamos en silencio mientras lágrimas seguían bajando por nuestras mejillas. -¿Podemos intentarlo otra vez?-
-Sí- le contesto y sellamos la plática con un beso. Nos quedamos en la playa por un rato más, ambos logramos calmarnos y hablamos por un rato más sobre algunas cosas que pasaron después de la pelea.

Luego volvimos a casa mientras caminábamos íbamos de la mano, aunque ya todo estaba "resuelto", tenían un sentimiento de vacío o tal vez era solo el hecho de que pensaba que ya no íbamos a regresar, esas ideas que se tienen cuando recién se termina con alguien. Llegamos a la casa, ya todos estaban durmiendo. -Hay algo en el auto para tí, en el asiento del copiloto- dice Mingi señalando hacia la puerta, suelto su mano para caminar para abrir la puerta, me tope con un ramo enorme de flores y un sobre en medio, me quedé muy asombrado de lo enorme y lindo que era el ramo. -Tiene que abrir el sobre- me dice. lo agarró y dejó el ramo sobre el asiento. "¿quieres ser mi novio?" al terminar de leer lo vuelvo a ver con la cara llena de asombro -Nunca te lo pedí oficialmente y pensaba que este era el momento perfecto para hacerlo- me dijo, corrí hacia él para dar un salto y caer sobre él con mis piernas envolviendo su cintura y mis brazos su cuello, le di un beso
-Sí, si quiero- le digo para seguir besándonos. -¿Qué pasaba si no quería hablar contigo?- le digo riendo
-Pensaba dejar el ramo afuera de tu casa- me dice con una sonrisa. -Por cierto, no encontré reservación, así que o me das posada o me toca dormir en el caro-
-Obvio puedes dormir en mi casa, solo que no hay un cuarto libre porque estamos todos en casa, así que tenemos que dormir juntos- le contestó, subimos a mi habitación, instaló su male en mi armario y fue a bañarse, para luego hacerlo yo, cuando salí me ayudó a secar mi cabello para luego acostarnos a la par del otro. Extrañaba mucho esto, de verdad, una semana separada fue un infierno. entrelazamos nuestras mano para luego vernos con una sonrisa que se convirtió en un beso que cada vez se iba profundizando cada vez más, hasta que todo empezó a ser más serio, en ese momento nuestras camisetas ya no estaban en nosotros y yo estaba sobre su torso mientras movía mi cuerpo para estimular su entrepierna con mi trasero. Los suspiros empezaron adueñarse de mi habitación hasta que ya ninguno tenía más que el boxer que no fueron más que cinco minutos y también desaparecieron, mientras nos besabamos con mi mano mastubar su muy erecto pene y él con una mano agarraba mi cuello y con la otra mi trasero, para luego yo empezar a besar su cuello, bajar por su pecho hasta llegar a su miembro y meterlo en mi boca hasta provocar que Mingi gimiera mi nombre, luego de unos minutos volví a sus labios y sentir como después de llenar de saliva sus dedos empezó a introducirlo en mi un por uno hasta que metió dos dedos haciéndome gemir, estuvimos haci por otros minutos, pero luego cambiamos de posición ahora Mingi estaba sobre mi, mientras se ponía el condón para luego empezar poco a poco a introducir su miembro en mi mientras me besaba....


Un viaje a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora