❦︎ [Our Baby]- Agosto Mpreg

ఌ︎ Sukufushi II

-No lo recuerdo..-respondió dudoso, sin comprender el por qué estaba protegiendo a Sukuna en medio de todo esto.

¿Tal vez era por temor de lo que sus papás eran capaces de hacer?

Y sí, papás porque sabía que aunque su madre, Suguru, esté actuando tan tranquilo respecto al tema, solo implicaba que también estaba pensando en alguna forma de averiguar y torturar al posible padre de su bebé.

Aún recordaba que en la infancia, cuando un grupo de niños empezaron a molestarle a diario, luego de avisarle a sus papás, al día siguiente sus abusadores ya ni siquiera lo miraban y hasta incluso salían huyendo apenas estaba cerca.

Hasta el día de hoy desconocía por completo lo que hicieron sus padres..

Y si a unos pequeños niños consiguieron aterrarlos de esa manera..

No quería ni imaginar lo que le harían a Ryomen..

Aparte de eso, si mataban a Sukuna, no tendría a nadie a quien obligarle a dar una pensión alimenticia (no es que necesitara el dinero como tal considerando el generoso sueldo que recibía, pero tampoco iba a permitir que ese bastardo no aportara nada para el pequeño).

-¿Qué? Gumi, no es momento para juegos. Tienes que decirnos el nombre de ese tipo ahora -recalcó con seriedad el de albinos cabellos, haciéndolo tragar saliva. En definitiva, Satoru enojado y sin realizar bromas de por medio era de temer.

-No estoy jugando, en verdad no lo recuerdo. Todo apunta a ser que fue en la última fiesta que estuve con Itadori.

-¿Ven? Por cosas como esas me sigue pareciendo una mala influencia - argumentó el azabache mayor, quien frunció el ceño apenas escuchó el nombre del pelirosa.

Suguru seguía más que resentido y molesto con Itadori pese a que lo había visto crecer junto a su hijo, al fin y al cabo vivieron en el mismo vecindario y por lo mucho que relacionaban ambas familias, acabó por convertirse en el mejor amigo de su pequeño. El problema  es que, con el paso de los años  por culpa de Yuuji, Megumi se había visto involucrado primero en travesuras, luego en alborotos en el colegio y después en una que otra ruidosa fiesta universitaria en la que los cócteles "especiales" del pelirosa, los habían metido en más de un problema.

Aunque era más que irónico que al azabache no le agradase del todo esa amistad, considerando que la que mantuvo con el albino antes de volverse pareja y luego esposos era idéntica.

-¿Y bien? ¿No me digas que volviste a tomar de sus bebidas extrañas? -se adelantó a decir Satoru, quien se cruzó de brazos apenas notó su nerviosa mirada - ¡Gumi! ¡¿En qué habíamos quedado con eso?!

-Que no aceptaría de nuevo ningún cóctel de Yuuji.. -para ese punto se sentía como un niño regañado por sus padres.

-¿Y qué fue lo primero que hiciste?-remató su madre, quien también lucía un serio semblante, teniendo ahora mucho más de lo que sea que ambos podían llegar hacer.