❦︎ [Our Baby]- Agosto Mpreg

ఌ︎ Bakutodo II

Desaparecer ante los ojos del mundo entero fue más sencillo de lo que esperó..

Aunque claro que un hecho que facilitó la huída de ambos fue que las autoridades estaban más enfocadas en brindar el apoyo necesario a los héroes que yacían en el campo de batalla intentando impedir que All for one llegase acercarse a Shigaraki al igual que proteger a la población civil, de modo que era evidente que no otorgarían en esos momentos atención alguna a dos personas que salían del país de una forma un tanto ilegal.

Retrocediendo un poco respecto a ello, luego de conocer el estado de su fresita, la idea de siquiera alejarse por un minuto de su lado quedó descartada por completo en su mente, al fin y al cabo su preocupación en aquellos instantes era mayor pese a conocer que los dos estaban fuera de peligro, además que deseaba encontrarse junto al bicolor al momento que este despertase.

Aún así, para desgracia suya, sus propias heridas no tardaron en jugarle en su contra de tal manera que no tardó de mucho tiempo para que empezara a marearse por estar desangrándose, sin contar el dolor que le provocaban sus rotas costillas, llegando a tal punto que al percatarse de su estado el médico a cargo de Sho, fue obligado a salir de la habitación para que sus heridas fueran curadas, por lo que debió estar alejado de él por el resto del día, pudiendo ver de nuevo a su amado en la noche siguiente tras tragarse su orgullo y rogarle al médico que lo permitiera estar a su lado aunque sea por unos contados minutos.

En el instante que pudo volver a mirarlo, tuvo la impresión que estaba en frente de un príncipe que yacía dormido por algún hechizo, tal como sucedía en los cuentos de hadas salvo por las numerosas vendas por la gran cantidad de quemaduras que le provocó ese maldito de las grapas y hasta suero  poseía debido a que requería vitaminas por el embarazo.

-Escucha, sé que no soy del tipo que sea cursi  y esas mierdas relacionadas pero...-hizo una pequeña pausa, aprovechando para tomar con delicadeza la mano izquierda de su novio, notando que su temperatura no era igual de cálida de lo que solía ser, indicando lo débil que debía estar aún- Despierta, por favor.. -suplicó- reconozco que fui un idiota en la última discusión que tuvimos; sin embargo, eso se debió a que tenía miedo de que te hicieran daño, porque sin querer te convertiste en mi mundo entero y no sé que haría ahora sin ti. Regresa conmigo...te necesito o más bien te necesitamos.

Dichas esas palabras, depositó un suave beso en la palma de su mano y se dispuso a marcharse de regreso a la habitación que le asignaron; no obstante, un pequeño susurro le impidió dar algún otro paso.

-K-kats...-oír aquella dulce pero ahora débil voz provocó que sus latidos se detuvieran por unos segundos, volteando  a verlo de inmediato y admirándolo con asombro antes de retroceder sus pasos y regresar de inmediato con él, sintiendo sus ojos cristalizarse, mostrando entonces una debilidad que hasta antes de tener al bicolor en su vida, jamás se habría arriesgado a demostrarle a ninguna otra persona.