NO LO ENTIENDO, "BRAVOCORAZÓN"

231 19 2
                                    

-No, no...no podemos hacer esto. -Digo en cuánto soy consciente de lo que estoy haciendo.

Me separo instantáneamente de Ambrosius. No. De Lomodorado. Eso sí, sin poder evitar jadear por la intensidad del momento.

¿Qué...me...está...pasando?

-Si, si si que podemos. - Y por si fuera poco, Ambrosius parece ignorarme por completo, porque vuelve a atraerme hacia el y a proseguir con nuestro beso.

No quiero volver a pararlo. Me quiero dejar llevar por su pasión desenfrenada y sus ganas de acariciar cada parte de nuestros cuerpos pero...

-Ambrosius. - Le llamo entre dientes como puedo mientras él no para de atacar mis labios. -Por favor, para.

-¿Pero por qué? Si nos gustamos...

Y de nuevo un beso, más largo y más profundo, y sus manos entre mi pelo. ¡Y qué difícil es esto! ¿Por qué tuve que nacer plebeyo?

Si fuera un noble cualquiera de este instituto...todo sería más sencillo para nosotros.

Y no tendría que separarme una segunda vez del chico que vuelvo a confirmar que es más que un amigo.

Pero, por desgracia, no lo soy. Soy Ballister Bravocorazón, el primer y único plebeyo del instituto de caballeros. Y lo hago. Me separo.

-No es suficiente con eso, Ambrosius. Eres...descendiente directo de Gloreth.

-¿ Y qué? Yo no he elegido ser nada de eso.

-Pero todo el mundo te adora por ello. Y eres el caballero más esperado y...también el mejor, se nota que llevas su sangre.

-El mejor después de ti, ¿Recuerdas? - Noto algo de rencor y advertencia en su voz, pero decido proseguir con lo mío.

-Si alguien se entera de esto... Ya soy el hombre más odiado del reino, no quiero dar más motivos para que...

-¡Deja de hacer eso! - Me interrumpe, ahora sí que cabreado, Ambrosius. - Deja de andar de puntillas por miedo a defraudar. No le debes nada a nadie.

-La reina me ha dado una oportunidad, y no puedo...

-La reina te ha dejado entrar en el instituto porque te lo has ganado, porque lo has luchado. Y es una decisión que debería haber tomado hace mucho tiempo, así que me reitero. No les debes nada.

-Para ti es fácil decirlo...

-¡Porque lo creo de verdad, Bal! -Ambrosius mira hacia abajo y busca mis manos para estrechármelas entre las suyas. -No quiero que te sientas culpable por estar conmigo. Yo...también lo deseo muchísimo. Y me gustas muchísimo. Creo que en realidad... Siempre me has gustado, desde que éramos pequeños.

-Calla. Calla, por favor...

"Lo deseo muchísimo. Y me gustas muchísimo. Desde que éramos pequeños"

Aunque mi cuerpo físico es incapaz de reaccionar, mi mente va a mil por hora, y sé de antemano que las palabras de Ambrosius van a resonarme durante mucho tiempo.

Porque a mí también me pasa. Cuando era pequeño, Ambrosius era todo mi mundo, la única persona en la que podía confiar, tal como lo es ahora. La reina o la directora también me apoyaban en ciertos momentos, pero...no era lo mismo que un amigo, un igual.

Solo que, de nuevo, Ambrosius no era un igual. Puede que él lo creyera así, porque era amable, humilde, generoso y jodidamente encantador. Pero si alguien nos viera siquiera mirándonos como nos estamos mirando justo ahora, se armaría una verdadera guerra en el reino.

Y yo solo sería el ser patético que ha pensado que podía estar con alguien como él. O el aprovechado que se arrima a él porque quiere conseguir apenas un cuarto de su fama.

-Ambrosius, esto no...no está bien, lo mires por donde lo mires. Así que por favor, olvídate de mí. Yo voy a hacer lo mismo.

No espero a qué él pueda contestar. A que vuelva a besarme o peor aún, me vuelva a hacer dudar. Me doy la vuelta camino hacia mí habitación, mi espacio seguro y reconfortante que me permitirá arrepentirme agusto de la decisión que estoy tomando.

-¿Y ya está? ¿Te rindes, Bal? Sinceramente, ya imaginaba que no sentías tanto como yo pero nunca imaginé que te importase...¡Tan poco!

Cierro los ojos y me resigno a no contestar, aunque eso me saque una lágrima de impotencia, antes de llegar y cerrar la puerta lo más rápido posible.

-¡Bal, por favor! -Es lo último que escucho antes de tirarme al suelo apoyado en la puerta, ya dentro de mi escondite, y dejar el agua correr libremente por mis mejillas.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 27 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Caballeros de GlorethWhere stories live. Discover now