05. Maratón.

658 76 10
                                    

Roma.

La luz del auto de Skyler se coló por el lumbar de la ventana de la casa de Jessi.

Tome mi chaqueta roja que reposaba en el closet de la entrada, me di un último vistazo en el espejo de la entrada y alabe el buen gusto que tenía mi cuñada a la hora de elegir atuendos. Mi pelo rubio caían sobre mis hombros, el camisón de mangas largas de color blanco trasparente dejaba a la vista el corto short que llevaba puesto, los pendientes brillantes y el maquillaje sencillo que adornaba mi rostro.

Estaba perfecta para mi primera fiesta de universidad.

Pero, recuerdan al lindo chico que me salvó de terminar con un yeso en la nariz, si, ese lindo chico de ojos avellana que se volvió mi compañero de clases fuera de la facultad, me había invitado a una fiesta secreta en la universidad.

Al principio me negué rotundamente, porque aborrecía los ruidos estridentes y estar entre tantos universitarios sudorosos con ganas de hacer de todo tipo Wattpad me ponía nerviosa.

Pero, me suplicó y no pude negarme y si, ya había pasado una semana desde que nos conocimos y es toda una dulzura, atento, carismático y muy simpático era todo lo contrario al individuo que vivía conmigo, bueno con el individuo que yo vivo.

El cual no me había vuelto a molestar desde nuestro último encuentro en donde para el todo salió mal.

Gire sobre mi eje para salir cuando de repente la voz de Jessi me detuvo. Y sondeo:

— ¿Sucede algo? — La miré extraño mientras mi mirada se dirigía al puño en su mano.

—Ten— Extendió un sobre plateado con el diseño de una fresa.

— ¿Goma de mascar? — Divague confundida, para después decir — No tengo ataques de mal aliento ¿o si?

—¿Eh? — Me miro anonada aún con la mano en el aire, para acto seguido responderse a sí misma:

—Nunca has visto un globo de fresa, esos que se usan para las fiestas de dos — Dijo entre dientes.

—No sé dé que me estás hablando.

—Bueno solo guardarlo y cuando llegue la hora sabrás para qué lo emplearas — Me lo entrego y cerró mi puño.

Salí de casa y pude divisar a Skyler apoyado en la capota de su auto con los brazos cruzados los cuales estaban cubiertos por una camisa verde oscura que se ceñía perfectamente a su cuerpo formidable.

Cuando escucho mis pasos se dio vuelta con una sonrisa la cual correspondí al acercarme a él.

— Hola—Salude con una sonrisa tímida.

Literalmente era el chico más hermoso que había visto, o que textualmente había conocido fuera de los libros.

—Te vez... Guao, decirte hermosa no es suficiente Roma — Confeso con una linda sonrisa que dejaba a la vista su perfecta dentadura.

Abrió la puerta del copiloto para que entrara algo que me dejó sin aliento, nada más leía esto en los libros y lo imaginaba en mi cabeza en serio no podía ser más perfecto.

En todo el camino hacia la universidad mantuvimos una amena conversación la cual terminó cuando el auto se estacionó detrás de la universidad.

Como la primera vez, me abrió la puerta del auto y salí, pude echar un vistazo al entorno y todo estaba tranquilo en completo silencio a exención del canto de los grillos, Skyler me tomo de la mano dirigiéndome a unas mallas la cual tenía un enorme agujero algo disimulado, el paso por la malla y luego me ayudo a pasar.

El, Mí perdiciónWhere stories live. Discover now