El, Mí perdición

07. Pequeña y ebria

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Punto de vista de
Hades.

Me acerqué a pasos firmes al lugar en donde estaba compartiendo con los chicos hace minutos atrás antes de haber salido a fumar un cigarrillo lejos de la multitud asfixiante. Las gemelas Nany y Nancy y los chicos al verme dejaron de conversar y concentraron sus ojos en mí mirándome con ese brillo de admiración con el cual todos me miraban.

—Ladies, chicos—Salude al llegar.

Las gemelas me abrieron un espacio entre ellas y me senté en el centro que habían apartado para mí soltando un largo suspiro en el desgastado sofá que adornaba una esquina de la vieja biblioteca, pase cada uno de mis brazos por encima de los hombros de aquellas rubias despampanantes que te calentaban con solo una mirada y las acerqué a mí.

Volví a suspirar y paso seguido sentí el peso de la cabeza de Nany sobre mi pecho.

—¿De qué me perdí?—Interrogue con intención de unirme a la conversación.

—Alden quiere apostar contigo, está seguro de que te puede vencer en los barriles pesados—Pronuncia Nany desde mi pecho mirándome fijo con un puchero en los labios que me hizo hacer una mueca.

—¿Aún cree que tiene alguna posibilidad de ganarme?—Ignorando a Nany me dirigí a Alden.

—Viejo, no es que considero, es que te ganaré de eso estoy seguro soy un puto negro nadie puede contra un negro —Afirma Alden con seguridad.

Negué con la cabeza riendo mientras Nancy me daba de beber de una botella color azul.

—¿Quieres escuchar algo chistoso cariño?—La rubia que me daba de beber hablo.

Asentí con la cabeza en burla en tanto me tragaba el líquido amargo dulzón que tenía en la boca.

—Una chica ebria estaba buscándote para que la llevaras a casa...—Exhibió una sonrisa llena de burla.

Bufé de mala gana para después decir;

—Odio a esa clase de chicas ¿qué suponen que soy? Solo me ven como un pedazo de carne muy hermoso.

La risa de los chicos no tardaron en escucharse y volteé con mala cara a sus direcciones y de inmediato dejaron de reír.

—Oye amigo no te puedes enojar nadie te manda a nacer sexy y hermoso hasta a mí me dan ganas de atosigarte —Cachondeo Leo el pelirrojo al costado de Alden.

—Eso no le da el derecho a nadie de hacer lo que quiera conmigo.

Los chicos dejaron de burlarse y el entorno se volvió tenso e incómodo, ellos ya se sabían la historia y que había detrás de ella y porque odiaba que interrumpieran en mi vida sin mi autorización.

—Ok, ya viejo no es para que te pongas modo cachorro rabioso— Rompió el silencio el de piel morena.

—Esta chica no parecía una loca admiradora tuya.

Siguió la chica a mi derecha, Nany.

—¿Y? Dijo su nombre o algo.

— Su nombre es absurdamente ridículo —Asegura Nancy riéndose.

Una de mis cejas se elevaron con confusión y curiosidad.

—Quien demonios se llama como la capital de Italia—Burloteo el de pelo rojo.

—Hola soy Roma saben donde está Hades —Nany imita con una voz chillona sobre mi pecho.

Al escuchar el nombre de la hermana de Chris mi cuerpo se colocó tenso.