Capítulo 3

4.1K 232 32
                                    

elara ortiz:

elara ortiz:

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

_____










La claridad de por la mañana me hace despertar mientras intento taparme con el edredón e intentar seguir durmiendo para curar esta pedazo resaca que tengo. Estoy mareada, me duele la cabeza y tengo el estómago pidiendo auxilio.

Hundo la cabeza en la almohada aún sin abrir los ojos y percibo un toque de aroma masculino en la almohada ahora que me doy cuenta. Frunzo el ceño intentando recordar porque mi cama huele a tío cuando el único hombre que ha estado aquí es mi hermano y él no huele así.

Los recuerdos de la noche anterior caen como un chorro de agua fría haciéndome abrir los ojos de golpe.

Estoy durmiendo en la puta cama del jodido Pablo Martín Páez Gavira.
Mátame señor, porque a mi me va a dar cinco infartos seguidos.

Recuerdo casi toda la noche de ayer, exceptuando alguna laguna que tengo, y sigo sin entender como pude estar tan serena hablando tranquilamente con uno de mis futbolistas favoritos.
Elara, quizá será porque te tomaste toda la variedad de chupitos que te podían ofrecer y sabe Dios cuantas copas...

Echo un vistazo a la habitación, es amplia y moderna con toques grises y blancos. Hay un armario empotrado bastante grande enfrente de la cama y un pequeño sofá color gris claro, pocos metros a la izquierda una puerta de cristal que me supongo que llevará a una terraza privada y al otro lado de la habitación hay otra puerta que me supongo que llevará el baño. Se nota que han puesto bien de dinero en la casa, pero no sé de qué me sorprendo si la mayoría de ellos ganan una millonada al mes.

Suspiro intentando asimilar la situación y ver cómo cojones actuar. Me estoy muriendo de vergüenza y creo que si en algún momento el dueño de la habitación entra por esa puñetera puerta a mi me va a dar un maldito infarto.
El dolor de cabeza me está matando y tengo el estómago más revuelto que otra cosa.

Cojo el móvil, que está en la mesilla de al lado de la cama y me sorprendo al ver las horas que son. 13:47. Tengo varios whas de Víctor y de Pao tanto de ayer por la noche como de hoy por la mañana preguntándome que si todo bien. Por lo visto ayer casi no había cobertura y por eso ninguno de los dos me pudo responder hasta que salieron a fuera y vieron mis mensajes. Les contesto a ambos por el grupo que tenemos los tres diciéndoles que estoy bien y que en nada ya voy pa casa y les cuento.

Se escucha ruido en el piso de abajo y yo mientras aprovecho para echar un vistazo a la habitación a ver si encuentro el vestido que use ayer y mis tenis, ya que estoy usando simplemente una camiseta negra de AmiParis que huele demasiado a One Million para dormir y que me tapa hasta los muslos. Tan solo pensar que llevo puesta una prenda que ha usado Gavi con anterioridad me hace suspirar, aunque eso es lo de menos de la noche de ayer si contamos con que he dormido en su puta cama.

ÁGAPE ; pablo gavi. Where stories live. Discover now