Capítulo 12,

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elara ortiz:

elara ortiz:

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El sol me calienta la piel mientras tarareo la canción de Mora que está sonando por mis cascos.

Yo quería una diabla y tú un nene malo.
La disco está oscura así que háblame claro.
Van par de mese' y ni nos damo' follow.
Ese culo me sale en todos lado'
Sé que te acuerda' de esa noche en Argentina, que lo hicimo' hasta en la cocina.
Si quiere' te canto pero trépateme encima
Y usamo' la cama de tarima.
Y si te porta' mal pues yo te maltrato.
Te robo otra vez y en la cama te mato.
Toda gata fina tiene su caco.
Tú y yo somo' do' pero ponte en cuatro.
Y uff, me fascina tu actitud.
Esa carita tuya me pone en el mood de prender el aire y apagar la luz.
Si me pide' gasolina pa' ti tengo el tanque full.

Abro los ojos y busco con los ojos entrecerrados a mi hermano que hace un buen rato estaba en la piscina, ahí lo encuentro hablando muy entretenido con una rubia de pelo por los hombros que le ríe las gracias.

Este hombre siempre igual...

Cojo el bote de crema solar para echármelo por las piernas ya que el sol pega que da gusto a las doce del mediodía y tampoco me quiero quemar a pesar de estar ya morena.
Llevamos en Estados Unidos cuatro días ya, estuvimos el miércoles y jueves en Nueva York, el viernes en Miami y ahora estamos en Texas especialmente en el hotel tomándonos la mañana de relax mientras mi padre está en una reunión de trabajo. Tiene toda la tarde libre ya que vamos a ir a ver los tres el Clásico pero mientras mi hermano y yo hemos aprovechado la mañana para disfrutar de las maravillosas instalaciones del hotel en el que estamos.

Veo como mi hermano se despide de la rubia y viene hacia mí esbozando una sonrisa triunfante mientras se coloca las gafas de sol.

—Mira que eres folleti, no paras un segundo.—le echo en cara con tono de broma mientras se sienta en la tumbona de mi lado.

—Joder, es italiana y me ha dado el número, estoy en racha Eli, déjame disfrutar.—se escusa mientras me roba la crema para echársela por los hombros.

—El día que tú asientes cabeza yo me voy a empezar a preocupar.—le digo con tono burlón mientras me siento en la tumbona para mirarlo. —¿Sabes algo del papa?

—Me habló hace un ratito diciéndome que acababa de salir de la reunión, que viene ahora para aquí pero tiene que pasar por la habitación a cambiarse.—me dice mientras coge el tabaco de mi bolso, ya que él no ha traído nada y yo se lo guardo. —Después de comer supongo que nos arreglaremos para ir ya hacia el estadio.

—Madre mía, como te enteras hijo mío, luego estoy yo que estoy como
una reina viviendo la vida aquí tumbada.—le saco la lengua burlona haciendo que el niegue rodando los ojos. —¿Sabes ya qué camiseta te vas a poner?

ÁGAPE ; pablo gavi. Where stories live. Discover now