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Tonatiuh ya contaba con la edad de siete años y solo haciendo eso, ya era el mayor orgullo de sus padres -los cuales ya se habían casado hace un año por cierto- y ¿Como no serlo? Si era el niño más amable que cualquiera pudiera conocer, era respon...

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Tonatiuh ya contaba con la edad de siete años y solo haciendo eso, ya era el mayor orgullo de sus padres -los cuales ya se habían casado hace un año por cierto- y ¿Como no serlo? Si era el niño más amable que cualquiera pudiera conocer, era responsable en la escuela y tenía varios amigos, era amigable y noble.

Razones por las que además, todos querían ser sus amigos, entre ellos, cierta águila de cabellera rubia.

Lance, el pequeño estadounidense, no dejaba de querer llamar su atención. Hacía de todo para que pudieran estar juntos, desde que empezaron las clases en la escuela primaria, no había un solo momento en que lo dejara solo.

Y a pesar de que el jaguar disfrutaba de hacer nuevos amigos, ignoraba la mayor parte del tiempo al de habla inglesa, aún sentia un poco de molestia por la vez que jalo su cola, razón por la que siempre la sostenía para evitar que el águila quisiera agarrarla de nuevo, el nunca olvidaría ese accidente, era un promesa personal.

También, como no había día en el que no era molestado por él, no había día en el que no se quejaba con sus padres, pero estos no podían hacer más que hablar con el rubio más grande, quien siempre prometía hablar con su hijo, cosa que hacía hervir la sangre del mexicano.

— Papi ya no quiero ir a la escuela— dijo el pequeño Jaguar hacia su padre omega.

— ¿No? ¿Por qué cachorro?— volteo a verlo desde la isla de la cocina donde estaba preparando el almuerzo.

— Lance siempre me molesta— recargó su cabecita en la mesa, apoyándose de sus manitas.

— Ya veo... ¿Quieres que hable con su papá otra vez?

— Pero no pasa nada después, su papá nunca hace nada.

— Eso es cierto— suspiró cansado de esos estadounidenses— ¿Tienes alguna idea?

— Si— su padre volteó a verlo en espera— ¿Lo podemos mandar a otra ciudad?

— Creo que eso no es posible— se escucharon las risas del adulto haciendo que el humor del pequeño bajara.

Se quedó callado por un momento, pensando sobre como hacer para que ese niño molesto lo dejara en paz. Su primer idea fue cambiar de escuela, pero por supuesto que no escogería eso, todos sus amigos estaban ahí, tampoco creía que hacer que el rubio se fuera lejos fuera algo posible.

— Si sigues pensando así, vas a echar humo de la cabeza— llegó el águila con un plato en mano— ¿Por qué no comes un poco? Falta todo el día mañana para que vuelvas a verlo— le dio un beso en la frente y volvió a la cocina.

— Si papi— suspiro mientras tomaba uno de los cubiertos y empezaba a comer con una gran sonrisa

No era algo tan elaborado, solo era huevo y jamón con un vaso de jugo, pero era lo más delicioso que había comido, lo cual sería sustituido por la próxima cosa que le hiciera su papi al día siguiente.

Um lindo probleminha pt2Où les histoires vivent. Découvrez maintenant