CAPÍTULO 1: "Mi nombre"

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"...El hijo menos querido, la escoria del palacio..."

Anónimo

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Capítulo 1:

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¿Quién era yo? No lo recordaba, me había despertado desnuda a mitad del bosque donde el agua convertía la tierra del suelo en barro y después de levantarme y caminar tan solo un poco al horizonte, vi a un chico caer por un precipicio hacia el mar.

Un chico de cabello castaño y ojos grises, uno que por alguna razón pensaba que lo había visto en algún lado antes.

Y ahora estaba acá... en las viejas ruinas de una cabaña que había encontrado bajo las paredes de una cueva submarina, donde el mar le pegaba a las rocas húmedas del suelo, acompañada de la presencia de esa bestia en forma de un precioso hombre que me había intentado comer viva, preguntándome quien era él, Una pregunta que tenía que haberme preguntado antes de entregarle mi cuerpo, algo que hice sin entender el porqué.

Ahora él estaba ahí, desmayado y amordazado en un viejo andarrie de madera, uno que no sabía si soportaría su peso si llegara a despertarse agresivo. Aún estábamos desnudos los dos, sin nada para ponerlos, como dos primitivos encerrados en esas ruinas, pues la marea había subido y no tendríamos escapatoria hasta que las cuevas no se volvieran a vaciar de esa agua salada. Y para empeorarlo todo, la herida en mi hombro no dejaba de sangrar.

Mis pies inquietos caminaban de un lado a otro sin saber qué hacer, mi estómago rugía por el hambre y la verdad es que no había nada más para comer que hongos que crecían en esa oscuridad y humedad, e insectos como gusanos y cucarachas, lo que no sabía de verdad cuál sería peor, sí tener que comerme insectos tan asquerosos como esos o hongos que podrían llegar a ser venenosos.

Eran unas ruinas pequeñas, ni puertas tenia, solo huecos que daban al mar infiltrado y paredes de madera llenas de moho. Ni siquiera sabía cómo sobreviviríamos la noche con tanta oscuridad.

—Mierda —Susurre para mí misma mientras buscaba algo con lo que poder hacer fuego pero era imposible.

¿Cómo se suponía que haría fuego en una cueva tan pequeña y húmeda?

Me abracé por el frío y sentí un gruñido tras de mí a lo que rápido volteé a verlo a él. Sus ojos grises estaban abiertos y confundidos, miraban al suelo y a sus piernas atadas con una soga que haba encontrado por ahí.

— ¡Cuidado con moverte! —Dije y rápido agarre una gran roca del suelo — ¡Te juro que si intentas hacer algo te reviento la puta cabeza!

Sus ojos se alzaron a los míos, sus pupilas estaban muy dilatadas estaba seguro que apenas y podía verme. De repente sentí pasos, eran pasos cortos pero precisos que se dirigían desde afuera de las ruinas con gran velocidad, me di la vuelta aún con la piedra en mi mano, pero no había nadie.

—Hambre... —Fue su voz que susurró las mismas palabras horrorosas lo que me hizo darme cuenta que de alguna manera se había quitado la mordaza.

— ¡Cállate, no hay nada para comer y yo no soy una opción! —Le grité al chico de ojos grises volviendo a mirarlo.

Él estaba gruñendo por el dolor del golpe de la cabeza, pero no paraba de repetir la misma puta palabra "HAMBRE" .Desesperada chasqueé mi lengua y empecé a buscar con ansias algo de darle de comer.

—Joder

El chillido de una rata saliendo del hoyo de una pared captó mi atención rápidamente, pero lo que más me sorprendió fue la forma en la que sus ojos grises también la captaron rápido y de un momento a otro las sogas ya no estaban sujetándolo y su cuerpo se abalanzó encima del pequeño roedor, como un gato cazador.

ARIOC "Un secreto de Sangre" (Secuela de Alma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora