CAPÍTULO 4: "La Profecía"

74 13 13
                                    

.

.

.

Capítulo 4:

Narra Alma

.

.

.

No sé si se pudieran imaginar todo lo que me pasaba por la cabeza en aquel momento. Ya no era una damisela más... el convento ya no existía, todo se había desmoronado aquella madrugada que Francella murió ante mis ojos o al menos eso había visto yo esa noche, esa misma madrugada donde también habría muerto la madre superiora... aquella mujer que me crio durante diez largos años de mi vida y a la que ahora podía llamar a la reina Elizabeth, mi señora suegra, madre de mis tres esposos... mis tres reyes.

SAMAEL

JILAIYA

Y él... el padre de la niña que crecía poco a poco en mi vientre; ABIGOR

Los hombres que estarían dispuestos a todos por mí y que me lo habían demostrado en más de una ocasión. Todo era diferente, iba a ser mamá y había descubierto tener un hermano, uno llamado Arioc que resultó matar a nuestra madre al nacer, o al menos así lo había leído en el diario que ya traía casi completado, solo algunas páginas faltaban... como el completar de un dibujo de una niña que posiblemente sería Amara, la misma niña que crecía en mis entrañas, pero en busca de respuestas como siempre tenía que salir a buscarlas, pues a pesar de todo quería ver si lo que había visto Tamara era real... quería saber si verdaderamente Francella seguía con vida o al menos su alma había logrado escapar del tren como la de ella.

—Qué bueno que llegaron, Arioc —La mujer de cabellos blancos idéntica a Perséfone salía de la cocina con una bandeja de panes recién orneados en las manos protegidas con guantes —Tenemos una visita muy interesante...

— ¿Ah?

—Arioc... —Yo me detuve tras de él con mis esposos cuidándome las espaldas, serios y callados, parados tras de mi mientras aquella mujer y las gemelas que la acompañaban se iban dejándonos solos a los siete en la sala.

En esta cabaña vivía mi hermano, pero no solo él, también la pelirroja que antes pensaba muerta... y una extraña mujer que mis esposos habían visto y ahora yo sabría de quien se trataba. Los habíamos seguido, ellas dos nos habían estado espiando y aprovechamos la ocasión para seguirlas mientras les hacíamos pensar que nos habíamos perdido de vista, de otra manera tampoco hubiéramos encontrado a mi hermano mellizo.

—Alma... —La voz de Francella tembló.

Yo la miré de reojo pero no le presté atención no sabía las jodidas ganas que tenia de abrazarla de gritarle lo mucho que la había extrañado estos meses sin ella, pero tenía un asunto pendiente así que solo miré a mi aterrado hermano quien me había volteado a ver con cara de horror.

— ¿Que pasa Arioc? —Entrecerré mis ojos — ¿No me conoces un caso?

— ¿Que buscas de mí?...

—De ti no busco nada, he venido a llevarme a mi amiga —Dije y mire a Francella sacando de mí una triste sonrisa —Francella vamos... volvamos a casa

Ella se quedó mirándome unos segundos pero no dudo en caminar hacia mí estirando su mano a la mía y hubiera llegado a tomarla si no hubiera sido por el metido de Arioc que la detuvo atravesándole una de sus manos al frente impidiéndole el paso definitivo.

—Ella no va a ningún lado —Dijo el captando la atención de ambas.

—Si es su voluntad sí —Aclare con firmeza

ARIOC "Un secreto de Sangre" (Secuela de Alma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora