CAPÍTULO 6: "La ceremonia"

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"...25 semanas de embarazo y he comenzado a sentirme rara, en los ojos de mi cuñada Elizabeth he visto desprecio y en mi vientre han comenzado a devorarme... Tal vez estoy loca... Tal vez solo son pensamientos sin sentido..."

Anónimo

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Capítulo 6:

Narración Arioc

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¿Quién soy?

Esa fue la pregunta con la que había iniciado está historia mientras corría desorientado por el bosque y aún no la lograba responder por mí mismo... Un príncipe decía Grace, un asesino decía Mal y aquel hombre en el bosque... Parecía que me viera como un dios...

¿Pero quién era en realidad?

El hermano de Alma, el mellizo que fue rechazado nomás al nacer y encerrado bajo barrotes de acero, criado como un monstruo espantoso a quien nadie podía ver y viendo a todos como un niño asustado queriendo jugar.

Arioc; ese era mi nombre, ya sabía cuál era, lo sabía, al menos podía... lo tenía más que confirmado, pero... ¿Exactamente quién era?

Dos lluvias de sangre habían caído ya, dos lluvias en las que no entendía como pero mis ojos ya leían las letras sobre el papel y mis piernas podían moverse correctamente entre el crujiente suelo de madera de aquella cabaña y el húmedo y fangoso suelo de tierra fuera de ella... Ya no tenía hambre... Al menos no todo el tiempo.

Llevaba varias lunas llenas durmiendo con el cuerpo de Mal desnudo a mi lado... El deseo y el placer eran dos sentimientos que ella provocaba en mí, era como un fuego que se prendía en mi pecho y mis ojos, tal vez incluso podría decir que cariño a pesar de las cosas horribles que una vez me había gritado.

Ella cuidaba de mí, a pesar del monstruo que había sido con ella al conocernos, a pesar de que casi la mato en esa cueva cuando ella solo me había salvado la vida.

Tenía sus gemidos grabados en mi mente, melodías hermosas saliendo de sus rojizos y carnosos labios. Tatuado en mi piel el rastro que dejaban sus uñas arañando mi espalda y chupetones marcando mi cuello.

Tan solo recordar esos minutos con ella hacía que ni cuerpo deseara más.

— ¡Aha! —Su aliento chocaba contra mi oreja colorada mientras que de su boca salía humo helado.

El frío serenó de la madrugada chocaba contra nuestros pieles mientras como cada noche trepados en un árbol hacíamos de las nuestras brindándole homenaje a todos los pecados placenteros del deseo y la lujuria.

La brisa movía algunas ramas secas del lugar, el invierno ya estaba mostrando nuevamente sus mejores telas blancas, la luna brillaba más que nunca en todo su esplendor. El sonido de las pieles chocando y las respiraciones agitadas resonaban entre los grillos.

Una nalgada

Eso resonó entre el eco nocturno.

— ¡Ah Arioc! —Sus dulces labios se abrieron emitiendo aquel precioso sonido

—Cállate Mal... —Tape su boca mientras está vez era su cuerpo el que saltaba sobre el mío, sacándome el aliento —Eres muy ruidosa...

La agarraba fuertemente de su cintura, verla así tan solo iluminada por la luna llena solo lograba excitarme más, mis ojos detallaban cada centímetro de piel y mis oídos detectaban su corazón y respiración agitada. Mal tenía una cicatriz justo en su cuello, como si fuera un collar ¿Habría sido ese el motivo de su muerte? Tal vez

ARIOC "Un secreto de Sangre" (Secuela de Alma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora