5. La odisea del Kun (II)

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(PARTE 2)

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(PARTE 2)


Aclaración:  La historia está ambientada entre el 2005 y el 2010; o sea, sin SUBE y sin inflación. La edad de los personajes está alterada como se me cantó y... no me acuerdo qué más. Besos, disfruten 💖





Lautaro no está viendo la tele; pero la voz del periodista se puede escuchar en todo el departamento.

Está solo y aburrido. Encima no lo dejan tener perros. Y perras, no trae nunca más. No, mentira: le desea todo el bien a Luciana, pero que no vuelva.

Loca.

Menos mal que se fue. Por ahí su viejo se puso tan contento de que la dejara, que se olvidó de su enojo y por eso lo llamó. ¿Para qué? Es lo que no entiende. Si cuando se encontraron lo trató como a un conocido. Ni un abrazo le dio. Qué ganas de llorar. 

Nah, ¿qué va a llorar? Maricón.

Agarra el celular y empieza a ver las opciones de delivery, porque desde que se fue Luciana, él no cocina. Antes cocinaba él; porque ella lo hacía de tan mala gana que comer bosta de caballo hubiera sido más rico y más sano.

Apaga la pantalla del celular. La verdad está cansado de la comida a domicilio. Y de evitar la cocina porque le hace acordar a su ex: tiene que superarlo urgente.

Golpea la mesa: hoy se cocina y punto.

Se levanta, agarra las llaves y sale. ¡...Pucha que hace frío! Se vuelve a buscar una campera. 

Agarra lo primero que encuentra: una chaqueta que no usa nunca porque le queda medio chica. Pero no importa: es un ratito nomás. Hasta el Coto de Araucanos, que ahí tiene todo.

Por el camino empieza a tronar y poco después se larga a llover.

Compra para hacer unas verduras salteadas, pone todo en el baúl y se va.

Las calles están desiertas, salvo por uno o dos que esperan, abajo de algún techo, a que la lluvia pare. Y sí. ¿Quién va a andar abajo de la lluvia con el frío que hace?







¡Buenos Aires y tu clima choto! Un día hace calor como para cocinar huevos al sol, y al siguiente, los huevos, se te congelan.

Kun camina abajo de la lluvia. De vez en cuando un rayo parte el cielo en el horizonte, la luz del relámpago emblanquece la calle por un segundo. La poca claridad que queda se va extinguiendo y, a medida que lo hace, las luces artificiales se encienden, iluminando la calle de blanco o naranja. Se forman charcos, donde los reflejos de luz destellan bajo el choque de las gotas. 

𝐄𝐋 𝐎𝐑𝐆𝐔𝐋𝐋𝐎 𝐃𝐄 𝐌𝐈 𝐕𝐈𝐄𝐉𝐎Where stories live. Discover now