Capitulo 53

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Narrador omnisciente
(Escritora)

Han pasado cinco horas desde que Francesca habló con el doctor y no tiene noticias sobre la rubia y eso lo hacía ponerse peor de lo que ya estaba.

Durante esas cinco horas lo único que ha podido hacer es sentarse a esperar, no ha querido moverse de esa silla con la esperanza de que el doctor entrará por esa puerta y le dijera que su esposa quería verla, pero no... lo único que sucede es que las enfermeras entran y salen.

Su teléfono no paraba de vibrar y era Adriano queriendo saber más de Sofía, pero la mafiosa no quería hablar con nadie por lo que solo se limitaba a mandarle mensajes de texto y por lo que su hermano dijo, ya todos venían para Brasil.

Francesca llamo a Tomasso y le ordenó que le trajera un traje al hospital ya que no quería moverse de la sala de espera y estaba vestida con una camisa blanca y un pantalón ancho con unas zapatillas, no le gustaba que las demás personas la vieron vestida casual era una manía que tenía.

Suspiro frustrada y se acercó a una enfermera que acaba de entrar a la sala, le pidió información sobre el estado de Sofía, pero ella solo le pudo decir que trataría de averiguar más pero que solo sabía que aún seguía en cirugía.

Tenía tanta ira por no poder hacer más que esperar, era tanta que le quemaba por dentro y que no podía calmarla con nada.

Paso una hora y ya no aguantaba más, necesitaba verla, saber como estaba y si iba a estar bien. La desesperación ya la había hecho perder el control.

Cuando se levantó de la silla el doctor entró junto con la enfermera a la cual había hablado hace una hora atras
El semblante del hombre era serio y preocupado eso a Francesca la alarmó.

Empuño sus manos tenía miedo de lo que ese hombre pudiera decir, quería detener el tiempo en la primera noche que pasaron juntas en la playa, donde Sofía le había entregado su cuerpo y su alma, para luego unos días después entregarle su corazón, corazón ella misma había rechazo y herido... no podía odiarse más.

-Conseguimos tirar o coágulo que se formou no cérebro, mas ele perdeu muito sangue porque o golpe foi muito forte...
(Logramos sacar el coágulo que se habia formado en el cerebro, pero perdió mucha sangre debido a que el golpe fue muy duro...) - El doctor se quedó en silencio y Francesca se negaba a pensar lo peor, quería verla.

-¡¿Que mais?! (¡¿Que mas?!) - grito provocando que su voz se escuchara en toda la sala de espera llamando la atención de algunas personas.

-Ele entrou em coma...
(entro en coma...) - Aquella frase fue como un puñal ardiente que se clavaba en su pecho quemandole su piel y corazón, el corazón de hielo que ella tanto cuidaba.

-Quando ele vai acordar?
(¿Cuando despertará?)- Su voz comenzaba apagarse debido a la rabia que trataba de controlar.

-O fato dela estar em coma piora o estado dela, precisamos que ela acorde e veja se a pancada deixou alguma sequela, mas isso depende dela.
(El que este en coma empeora su estado, necesitamos que ella despierte y ver si el golpe dejó alguna secuela, pero eso depende de ella).

-Quanto é o risco de eu morrer?
(¿Cuanto es el riesgo de que muera?).

- A probabilidade de morte cerebral é alta, então precisamos que ela acorde.
(La probabilidad de muerte cerebral es alta, por eso necesitamos que se despierte).

-eu quero ficar com ela
( Quiero estar con ella).

-Você não pode ficar com ela, ela está nos cuidados intensivos e só posso permitir que você a veja por 10 minutos.
(No puedes estar con ella, esta en cuidados intensivos y solo puedo permitirte verla durante diez minutos) - dice seguro el doctor.

Francesca pierde el control y encuella fuertemente al doctor clavándole los dedos en su garganta impidiéndole respirar, nadie le va a decir que tiene que hacer y mucho menos si se trata de su esposa, de su Diosa.

Francesca en su cabeza se repite que nadie tiene el puto derecho de impedirle estar con ella, nadie es suficientemente poderoso como para impedirselo y la vida de su esposa pende de un hilo, hilo que ella no permitirá que se corte así tenga que ir ella misma a buscarla al cielo u al infierno y traerla de vuelta, el mundo no podría seguir como si nada sin ella en el. Ella no podría vivir en un mundo donde Sofía no esté y en donde ya no pueda escuchar su risa u tolerar su maldita desobediencia, se niega a dejarla morir, se lo prohíbe y le prohíbe a Dios u a quien sea que se la arrebate de sus manos.

Francesca podrá ser el peor monstruo que el mundo criminal tenga, pero quemaría el mundo y el cielo al igual que destruiría todo un imperio solo por su Diosa.

Adriano llegó hasta su lado pidiéndole que por favor soltara al doctor que ya comenzaba a ponerse morado debido que no podía respirar.

-Vou ficar com ela até ela sair desse maldito hospital e nem você nem ninguém vai me impedir e se alguém ousar me impedir. Juro que vou explodir este hospital com todos vocês dentro.
(Me voy a quedar con ella hasta que salga de este maldito hospital y ni tu ni nadie me va a detener y si alguien se atreve a detenerme, juro que haré volar este hospital con todos ustedes adentro). - Dice segura y suelta el cuello del hombre.

El hombre cae de rodillas al suelo tratando de recuperar la respiración y Francesca lo mira sin expresión.

-¿Qué sucedió con Sofía?- pregunta Adriano.

Francesca mira al rededor y ve a Mary, Laura y Anna con los ojos rojos de tanto que deben haber llorado cuando le mande un mensaje a Adriano.

-Pregúntale al Doctor.

Francesca desaparece por la misma puerta en la cual entró el doctor y por la misma en la cual se llevaron a Sofía.

Buscó el letrero que decía cuidados intensivos y entro a una sala donde una enfermera se le atravesó en el camino y está sabía quién era Francesca ya que el doctor ordenó inmediatamente que dejaran pasar a la esposa de Sofía.

Le indicó donde estaba la rubia y Francesca sintió un gran temor quedándose parada frente a la puerta, quería verla, pero su pecho dolía demasiado, su alma ardía y empuñaba sus manos con tanta fuerza que sus nudillos se tornaba blancos.

Quería avanzar y entrar por esa maldita puerta pero sus pies no respondían, no podía moverse y solo podía mirar aquella puerta blanca que la separaba de su Diosa, la cual se encontraba mal y ella no podía hacer nada más que esperar y tal vez rezarle a un Dios en el cual había perdido la fé hace mucho tiempo.

Cerró los ojos y respiro profundo, la imagen de ellas en la isla bailando esa canción que Sofía le había dicho que le recordaba a ella golpeo su mente, sus músculos se relajaron y por fin pudo moverse.

Abrió la puerta y entró, entonces ahí fue cuando la vio y su autocontrol se perdió por completo...

Disparo al corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora