Capítulo 1: med.

498 44 5
                                    

Si están pensando en meterse en medicina, que algo les quede claro: no van a tener demasiado tiempo. Pero ¿qué podía hacer? Se trataba de mi sueño desde pequeña. Había probado sentirme apasionada por cualquier otra cosa, pero resulta que era más obstinada de lo que parecía. 

Y mira como me fue. 

Inscribirme a tres materias parecía la desición más sensata a comienzo de año. Lo que menos necesitaba ahora mismo era tener que lidiar con ansiedad, estrés y falta de nutrición. Ya estaba completa por una vida. 

─Lo vi en el pasillo-

─¡Basta con eso! Nos van a ver raro

─Habla ahora, que en el momento en que aparezca comprenderás de lo que hablo 

Las conversaciones se mezclaban en la habitación, realmente era imposible enfocarse en una, aunque lo agradecía. Tenía ya preparado mi asiento en la tercer fila. No hay demasiadas opciones cuando la letra de los profesores se deforma cada vez más. Encuentro un banco vacío, mejor dicho reservado, y Shay me regala una enorme sonrisa, que casi no soy capaz de devolver. 

─Veo que comienzas el semestre con la mejor de las actitudes. 

─No dejo de cruzarme con idiotas en el pasillo ─ aclaro, aunque no tengo la intención de dar nombres, Shay parece entenderme a la perfección, porque sus ya grandes ojos se vuelven enormes mientras voltea a ver que nadie nos esté prestando demasiada atención. 

─¿Ian? ─ volteó los ojos casi inconscientemente mientras niego con la cabeza.

─Te juro, hubiera preferido encontrarme con él. 

─¿Entonces a quién viste? ─ la chica me observa demasiado confundida, pero entonces la clase hace silencio ante un mínimo movimiento en la puerta que dará paso al nuevo profesor. Nada ocurre, y todos retoman sus conversaciones, salvo yo, que opto por cambiar de tema. 

─¿De qué estan todos tan... charlatanes? ─ pregunto mientas observo el entorno. Todos parecen estar hablando del mismo tema, como si hubiera una broma interna de la que no me estoy enterando. Y entonces Shay olvida de lo que hablábamos antes, para comenzar a desembuchar todo el chisme que tenía guardado. 

─Pues aparentemente, hay un nuevo profesor-

─Es obvio, puesto que es una nueva asignatura ─ interrumpo, intentando avanzar en la historia. Tendemos a comnicarnos así, ya que ella jamás avanzaría por su cuenta, y mi desesperación me haría implosionar. 

─Bien, entonces... aparentemente el nuevo profesor es todo un galán.

─¡Por favor! ¿Realmente hablan de eso? 

─Yo solo informo, no mates a la mensajera.

─Todos los semestres ocurre exactamente lo mismo, y luego nos encontramos con una versión más vieja y descuidada del Príncipe Encantador de Shrek.

─Pues no lo sé, pero me ha entrado curiosidad ─ dijo la chica por lo bajo, ya que nuevamente la clase parecía estar en silencio. ─ Cinco dólares a que es increíblemente apuesto. 

─¿Tanta esperanza tienes? 

─¡Acepta o rechaza, que está a punto de empezar!

─Shay, vemos una clase, no una obra de teatro. 

─¡Acepta o rechaza! ─ insistió, sacándome una sonrisa. Rodé los ojos mientras levantaba el pulgar, señal de aceptación. 

En realidad, creo que ese fue el momento en el que me arruiné. Porque de no ser por esa maldita apuesta, no hubiera estado esperando absolutamente nada del nuevo profesor; sin embargo ahora me encontraba atenta ante quienfuera que acabara de abrir la puerta. Y demoré solo quince minutos en entregarle los cinco dólares a Shay, quién festejó como si acabara de ganar un campeonato mundial. 

Bad idea, right? | Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora