Capítulo 2: Mr. Hiddleston

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Una semana de clases fue lo que demoró en correr la bola del profesor atractivo. Y en esa semana, todo fue completa paz. Las clases del profesor Hiddleston eran las más tranquilas, y en las que mayor silencio había. Salvo cuando ocurría alguna interrumpción innecesaria. O mía. 

─Llega tarde, Blackmore ─ me señaló, mientras corría escaleras abajo en busca de mi asiento. No me sentía ni mínimamente intimidada por su tono, y él sabía que no lo estaba, simplemente buscaba bromear con la alumna que casi se había desmayado delante de él días atrás. Aunque a decir verdad, sí me impresionó que recordara mi apellido. 

─Hoy sí llegué a desayunar, Hiddleston ─ respondí mientras me sentaba a un lado de Shay, que me miró extrañada. 

─¿Ammm.. qué? ─ susurró 

─Luego te cuento ─ le susurré. 

─Muy bien, clase. ¿En qué... estábamos? ─ preguntó mientras dejaba una mirada por encima de todos, corroborando que no hubieran más interrumpiciones. 

Objetivamente sus clases eran buenas. Lograba explicar todo lo que quería, y abarcaba dudas al final de la clase. Algunas personas se quedaban simplemente para escuchar como volvía a explicar lo mismo una y otra vez pero con palabras diferentes; como si tuviera un gran libro de sinónimos en su cerebro, y pudiera explotarlo para obtener de él el mejor resultado posible. Si, era increíble, pero no demasiado últil cuando más y más personas comenzaban a llegar. 

Él parecía entusiasmado cuando veía que sus bancos comenzaban a llenarse. Claro que el profesor no se imaginaría jamás que se trataba tan solo de personas desesperadas por conocer al mítico profesor Hot. Y era jodidamente molesto tener que esquivar cabezas para ver el pizarrón. Por cierto, su letra no era tan deforme como aparentaba tampoco. 

Fue al final de una clase, la segunda vez que hablamos. Había estado toda la hora escribiendo bobadas en mi cuaderno porque mi cerebro exprimido no daba para más. No quería ausentarme, así que estuve físicamente, aunque en mi mente repasara letras de canciones en el notero. Ni siquiera Shay lo notó. Pero di un brinco cuando sentí la voz del profesor desde su escritorio. 

─Blackmore, ¿la molesto unos segundos después de clases? ─ asentí. Mi amiga a mi lado hizo un gesto que denotaba preocupación, y yo... estaba al borde de dormirme, no sentí absolutamente nada más que las miradas de toda la clase puestas en mí. Cosa que no llegó a importarme lo más mínimo. 

Al terminar la clase, todos se marcharon, a excepción mía, por supuesto. 

─¿Me llamó? ─ pregunté. Me había tomado la molestia de bajar hacia el escritorio del profesor, ya que aparentemente había olvidado que había requerido mi presencia. El solo pensar en subir las escaleras nuevamente me fatigaba. 

─Efectivamente ─ respondió. me temblaron las piernas. ─ ¿Te encuentras bien? ─ me preguntó en ese estúpido acento británico. 

─Mejor. 

─Te vi un poco perdida hoy, por eso te pedí que te quedaras. 

─Oh, eso ─ así que sí lo había notado ─ Estoy bien, siento si fue una molestia. 

─No, para nada. Tengo varios oyentes en mi clase, solo que tú siempre haces... aportes interesantes ─ resaltó ─ Quería asegurarme de que todo estuviera bien. 

─Sin duda, jamás mejor. ─ bromeé, y recibí una mirada seria por su parte. 

─¿Quieres contarme que sucede? ─ preguntó. 

Si había algo que había odiado durante toda mi vida era a los profesores preguntones. Esos que siempre querían entrometerse en tu vida o conseguir sacar algo de información que justificara tus malas actitudes o tus distracciones en clase. Siempre respondía a esas preguntas con sarcasmo e ironía, algo que hiciera que su respuesta gritara "no obtendrás nada de mí." 

Sin embargo, al profesor Hiddleston, sentí que podía contarle toda mi vida y éste no tomaría ventaja de ello. 

─Tengo el cerebro.. ¿cómo sería la palabra? ¿Exprimido? ─ solté ─ Es irónico que esté diciendo esto en tu clase ─ dije, y luego se me escapó una sonrisa de lo idiota que había sido mi chiste. Sin embargo, él también me regaló una sonrisa simpática. 

─Espero no estar siendo el culpable de que tu cerebro esté exprimido ─ habló él. Casi tuve que replantearme estar teniendo un ataque al corazón. 

Pero dijimos que no nos gustaba el profesor, ¿cierto? 

─Creo que sus clases... son increíbles. Unas de las mejores, en realidad. 

─Es genial ser el mejor de tres. ─ mencionó él, alcé mis cejas mientras volteaba a mirarlo nuevamente. 

─¿Cómo sabe eso?

─Dijiste que te encontraría como Blackmore, así que... te busqué. Bueno, busco a todos mis estudiantes-

─¿Por protocolo? 

─Por seguridad, me han tocado algunas clases un poco extrañas. 

─Pues aquí no hay ningún loco... al menos ninguno peligroso. Todos estamos perfectamente medicados y domesticados. ─ solté, nuevamente en una broma. estamos chistositas, eh?  ─ ¿De donde viene? ─ pregunté, entablando una conversación con el profesor prácticamente sin querer.

─Westminster. ─ respondió él. 

─Hablo de qué instituto. ─ reformulé. 

─Oh- Kendrick. 

─Kendrick es bueno ─ solté, como si alguna vez hubiera pasado siquiera por la puerta. ─ Supongo ─ agregué. Él soltó una risa. 

─Queda bastante lejos, a decir verdad. 

─¿Ust- tú ─ me corregí ─ estas viviendo aquí en Londres? 

─Hace poco. 

─¿Cómo lo- te ─ seguía corrigiéndome ─ trata la gran ciudad? 

─¿Tiendes a llamar a las personas por usted, o es solamente que resulto repelente de tu confianza? ─ preguntó con una miradita que jamás sería capaz de describir con palabras educadas y castas. 

─Creo que es algo respecto a la autoridad como profesor ─ confesé ─ Pero usted sigue sin responder la pregunta, ¿qué tal la gran ciudad? ─ ese usted  sí fue a propósito, y él sonrió por ello. 

─Bastante bien, a decir verdad. Estoy descubriendo varias cosas respecto a este lugar. 

─¿A la universidad? 

─Si ─ dijo con una sonrisa ─ Creo que es donde más tiempo estoy pasando. Me ha secuestrado, y digamos que no conozco a nadie como para salir a ser turista de mi propio país. ─ no supe si realmente se trataba de una invitación, o una insinuación. Pero por las dudas, me lancé. 

─Pues yo no tengo idea de la ciudad. No podría enseñarte lugares turísticos ni nada por el estilo... pero ─ propuse ─ si lo que busca es salir, conozco algunos buenos bares. ─ hablé como si realmente me creyera mis palabras. ─Tecnicamente en su preciosa libreta, junto a mis datos, se encuentra mi número. Puede llamarme y arreglamos un tour por los mejores bares y clubes de la ciudad, Mr Hiddleston. ─ dije finalmente, decidida a saltar en trampolín hacia una piscina, la cual no sabía si tenía agua. Los ojos celestes del hombre se clavaron en mí, con cejas alzadas al momento de escuchar el "Mr Hiddleston." Ni yo misma me reconocía, pero había algo en esa conversación que me gustaba, y definitivamente tenía que probar. ─ Ahora, si me disculpa, tengo que buscar el transporte. ─ hablé casi que con mi último aliento. Me contuve la sonrisa hasta salir del lugar. Y apenas pude subirme al taxi, mi celular vibró en mi bolsillo. 

"Buenas tardes, creo que contrato el tour" no me entró la sonrisa en el rostro. 

...
NOTA: Bueno buenoooo! que cuentannn???
yo muy feliz por esta nueva historia 💘💐

Bad idea, right? | Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora