Noche 3

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Recorrió velozmente los pasillos y las escaleras. Salió por la puerta trasera y se dirigió al jardín. Ni siquiera se preocupó por ponerse zapatos o abrigarse adecuadamente.

Se detuvo en la entrada del laberinto. Estiró su cuello buscando a Tim. Recorrió con su vista examinando hasta dónde se podía mirar. Avanzó unos pasos adentrándose en el juego gigante de jardín. Apenas y puso un pie encima y una mano le cubrió la boca.

El arrebato asustó a Jason. Quiso zafarse enseguida, pero un susurro a su oído lo paralizó de inmediato.

-Jason... -Oyó mientras sentía el cálido aliento del portador-.

El tono vocal lo hechizó irremediablemente. Entonces relajó sus músculos optando una postura pasiva. Se dejó asir mientras bajaba sus brazos que estuvieron a punto de atacar. Volteó lentamente en tanto reconocía avergonzadamente que su sobresalto no valía la respuesta que iba a dar.

Acompañando su movimiento, ladeó su cabeza descubriendo una mirada celeste. Sonrió aliviado al mirar el dulce y encantador rostro de Tim. Éste le devolvió el gesto despegando su mano, liberándolo suavemente.

-¿Qu-qué... qué sucede? –Interrogó el mayor bastante inundado en su nerviosismo e infantil emoción-. ¿Qu-qué... haces aquí? ¿No tienes frío? Porque está haciendo frío... -Comentó alzando su cara al cielo, queriendo comprobar en su rostro la gélida temperatura-.

-Mi pijama es calentita. –Tim respondió despreocupadamente, tomando súbitamente la mano de Jason-. Ven, no pierdas el tiempo, vamos a jugar... -Expresó jalando al muchacho-.

-¿Qu-qué...? –Alcanzó a decir entre su sorpresa y su desconcierto-. ¿Jugar? –Repitió en tanto era arrastrado hacia el interior del laberinto-. ¿A esta hora? ¿Aquí? ¿Jugar qué? –Inquirió un poco escéptico del escenario que se desenvolvía en compañía de Tim-.

-Así es. ¡Vamos a jugar! ¡Y es bastante obvio, ¿no?! ¡Usaremos el laberinto! –Respondió adornando sus palabras con jocosidad-. ¿No quieres pasar un rato conmigo? – Preguntó afianzando su agarre-.

-¿Pasar un rato contigo? –Habló Jason sonrojándose, estirando sus labios en una tenue sonrisa-.

-Sí. –Exclamó directo y entusiasmado-. ¿No te gusta la idea?

-¿Qué? ¡Claro, pero...! Bueno... ya es un poco tarde y yo creí que tenías trabajo... -Habló mostrándose considerado, aun si la felicidad lo invadía por saberse acompañante de Tim-.

-Sí, sí tengo, pero quise darme una pausa.

-¿Una pausa? ¿Para jugar? Eso es un poco extraño. ¿Qué te pasa, acaso enloqueciste por beber mucho café? –Bromeó para distraer sus nervios-.

-¡Vamos, no seas así, Jason...! Sólo me dieron ganas de venir aquí contigo. –Tim confesó sin una pizca de duda-. ¿Eso tiene algo de malo? –Cuestionó insistiendo con la sujeción a la mano, apretando el paso en tanto el mayor reiteraba su sonrojo-.

-N-no, pero...

-Sólo serán unos minutos. –Alegó afianzando su guía, atrayendo con ello a Jason por el interior de los corredores limitados entre las altas paredes de follaje-. Prometo que nos vamos a divertir. –Anunció sus palabras entre algunas risas-.

Ese gesto le provocó a Jason un escalofrió en su espalda. Aunque también rio, pero sólo para cubrir sus ansias.

-Espero que conozcas el camino de regreso. –Comentó Jason al percatar los enredados caminos del laberinto, distrayendo con ello su sobrecogimiento-. Porque nunca he podido lograr salir de aquí sin atravesar los arbustos. –Completó entre avergonzadas risas-.

Más Allá de la Muerte (TimJay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora