Noche 6

28 7 1
                                    

Con cada inhalación, pareciera que Jason pronto le encontraría un nombre a aquel bálsamo. Repentinamente, se obsesionó inconscientemente con reconocer la esencia. Así se dividió su temple, entre sentir y saber.

No obstante, su concentración se mermó al escuchar súbita y sorpresivamente a Tim, quien acompañó sus palabras con la sujeción de su miembro ya erecto.

-¿Entiendes, Jason...? Jamás te dejaré ir... –Le afirmó al oído mordiéndole el cartílago de manera repentina, haciéndolo tan fuerte que Jason terminó quejándose-.

Expresó su dolor con un grito ahogado. Fue al jalar aire para amortiguar la dolencia que el aroma se metió hasta su garganta. Entonces, al advertirlo en sus cuerdas vocales, Jason encontró finalmente el nombre del perfume. "Incienso." Pensó reafirmando su descubrimiento. "Sí... es incien..." Pero no pudo completar esa frase en su cabeza, pues aquellas palabras que Timothy recién dijo cobraron un sentido completamente diferente a lo que Jason quería interpretar. "¡Jamás te dejaré ir!" Recordó brusca e inesperadamente. "¡Jamás te dejaré ir!" Se repitió en tanto esa esencia se impregnaba todavía más en su gañote. "Incienso... ¡Jamás te dejaré ir! Incienso... incienso..." Se decía mientras sus sensaciones se disparaban aturdiéndolo.

-Jamás... -Reiteró Tim mordiendo otra vez, pero en esa ocasión, encajando despiadadamente los dientes en el cuello, aprisionando tan fuerte que logró sacar sangre con su tajo-.

Le dolió evidentemente, le dolió, ahora más que el contacto anterior. Jason gritó entonces sin miramientos. Fue inconsciente y sorpresivo. No mesuró su voz. El eco que concibió se enterró aterradoramente en cada rincón de ese centro del laberinto. La silenciosa noche se esfumó con aquel bramido espeluznante. Tal que al oírse a sí mismo, Jason tembló horrorizado y no sólo por su propia voz en sus tímpanos, sino por el recuerdo que el dolor le desató instantáneamente como un relámpago que lo despertaba de un sueño profundo. Un recuerdo que lo paralizó crudamente mientras le mostraba una pesadilla que creyó ya olvidada, pero no habría estado más equivocado.

"Me gustas tanto que nunca te dejaré ir..." Esa letanía giraba en la cabeza de Jason torturándolo con la experiencia más horripilante y cruel que cualquier ser humano pudiese concebir. "Me gustas tanto que nunca te dejaré ir..." Oyó en sus memorias, pero la voz que pronunciaba esa sarta no era de Timothy o alguna otra persona que conociera. Más bien, era de un ente que por mucho creyó un espejismo o una invención de su estado mortuorio, pero no. "Me gustas tanto que nunca te dejaré ir..." Esas palabras retumbaron en su pecho hiriéndolo con esa punzada que sintió reiteradamente momentos atrás. "Me gustas tanto que nunca te dejaré ir..." Atendió en sus recuerdos mientras el dolor en su cuello aumentaba y el aroma a incienso se intensificaba. "...que nunca te dejaré ir... que nunca te dejaré ir... que nunca te dejaré ir..." El frenesí en su cabeza lo estaba volviendo loco. Esas palabras estaban lastimándolo, lo hacían más que esa mordida que Tim le acopló. Sin olvidar que ese olor ya comenzaba a marearlo, a asfixiarlo, a poseerlo.

Entonces, se obligó a decir algo que rompiera ese círculo infernal de recuerdos y torturas.

-Hu... huele a incienso... -Jason susurró con sus dientes rechinantes soportando hasta el límite esa herida fresca en su cuello-.

Y como si hubiese roto el hechizo que le bloqueaba un secreto, esas palabras lo transportaron de inmediato a un hondo y congelado agujero. Fue entonces que Jason se vio a sí mismo atrapado y rodeado de una obscuridad intensa y fúnebre que lo hostigaba desde cualquier parte.

Con esa sensación que comenzó a apretarle el pecho, Jason lo comprendió instantáneamente. Evocó tristemente esos infernales momentos y se horrorizó prácticamente al saberse de nueva cuenta en esa pesadilla, la cual se desplegaba como aquel lugar escabroso y solitario que reconoció raudamente sin dudas y para su sufrimiento. "Estoy muerto..." Dijo Jason en su cabeza a punto de llorar. "Sí, sí lo estoy. Morí y por eso me encuentro aquí." Habló al darse cuenta del sitio donde reposaba. "Un ataúd..." Sollozó al recordar aquella fría y pequeña caja en el que alguna vez su cuerpo fue depositado. Mismo sepulcro que lo mantuvo atado, amordazado y ciego.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 05 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Más Allá de la Muerte (TimJay)Where stories live. Discover now