Wonder Woman & Mera II

Capítulo 30

En el Olimpo...

Mera había vuelto a perder la consciencia en cuanto escuchó que estaba embarazada

Todos los dioses se encontraban observando furiosos a Hera y Afrodita mientras estaban en una acalorada discusión

— Era el derecho de ambas el saber qué van a ser madres ¿o acaso planeaban ocultarles el embarazo hasta que el vientre de Mera empezara a crecer? — se quejó Hera mientras se cruzaba de brazos 

—  Mera acababa de despertar de un sueño inducido, y el hecho de que haya despertado no quiere decir que ya estaba lista para escuchar una noticia de esa magnitud —  protestó Hipólita 

—  El impacto emocional puede llegar a ser perjudicial para el bebé, si bien tanto la madre como el bebé ya están fuera de peligro eso no quiere decir que no vaya a haber secuelas en los próximos días u horas. — indicó Demeter

— Creo que todos se están olvidando que a quien le rezan durante toda la gestación y maternidad es a mí — soltó Hera con frustración — Además, ese bebé que esta en el vientre de Mera no solo es un dios, sino que también un híbrido, el primer híbrido entre dioses olímpicos y nuevos dioses, estará bien

— ¿Estará bien? — se ofendió la diosa amazona — Mera no está aquí porque se cayó y se lastimó, esta aquí porque tuvo una pelea con Steppenwolf ¡Que no solo es un conquistador de mundos enviado por Darkseid, sino que también es un nuevo dios!

— Hipólita tiene razón, esa pelea fue enorme, es como si Atenea y yo nos peleáramos. En lo que a mi respecta deberíamos de seguir vigilándola — Artemisa observó de reojo a la pelirroja, toda la nueva información le hacia tener los cabellos de punta —  si Diana se llega a enterar que Mera y ella estaban esperando un bebé y que lo perdieron porque no pudimos monitorearla bien... no quiero ni saber que pasará

Todos los dioses en el salón se estremecieron

Zeus recordó las palabras del Oráculo y se le revolvió el estomago

— Yo digo que nos relajemos — Todas las miradas se centraron en Poseidón — Ese bebé es un dios, los dioses no mueren en plena gestación, no hay que alertarnos 

— Concuerdo, además, si muere es porque no era hijo de Diana, ni si quiera estamos seguros de si ese bebé es cien por ciento de mi hermana

En el segundo en que esas palabras salieron de su boca todos se giraron hacia Dionisio con miradas atroces 

— ¿Cómo te atreves? — gruñó Atenea — Eres un imbécil ¿a caso no sientes la conexión? Si ese bebé no fuera de Diana no lo sentiríamos fluir en el Olimpo

— Me temo que ya no tenemos un bebé — informó Afrodita quien se había escapado desde hace rato de la discusión 

— ¿¡QUÉ!?

El salón tembló no solo por los gritos sino también por los fuertes pasos de los dioses quienes corrieron hacia donde se encontraba Mera

— Ya no tenemos un bebé — volvió a repetir 

—¿¡Por qué lo dices tan tranquila!? ¡Podemos entrar en guerra por esto! — Zeus estaba enloqueciendo 

Afrodita realizó de nuevo un ultrasonido mostrándole a los dioses 

— ¿Lo ven? Ya no tenemos un bebé porque ahora tenemos dos, ese pequeño de allí parece que estaba escondido detrás de su hermano

— ¡Mellizos! — gritó Hera 

— ¡Gemelas! — gritó Atenea 

— ¡Gemelos! — gritó Hermes

— Bien, ahora definitivamente ya no quedan dudas de que esos bebés son de Diana — afirmó Dionisio, era increíble que la mayoría de dioses tuvieran gemelos menos él