8- O M S K

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El pequeño descanso de pocos minutos terminó siendo toda la mañana y parte de la tarde. Azra pasaba por la habitación de Naseer cada media hora viendo como se encontraba, encontrándose con un joven durmiendo a pierna suelta, se encontraba relajado y totalmente en paz.

Ya eran las 15:30 p.m había preparado la comida y se debatía entre sí despertarlo o dejarlo aún descansando, verlo así de relajado con los ojos cerrados y ocupando toda la cama le hacía recordar a un adolescente descansando. Su esposo era joven, tenía 27 años, tres años más grande que ella pero sus ojos parecian ser de un señor de lo cansados que estaban. Eran ojos de un señor maduro aunque ahora que no los podía ver, solo veía a un joven descansando.

Sonrio más tranquila y en silencio se inclinó al suelo para recoger las almohadas que se habían caído de la cama para devolverlas a su lugar. Cuando volvía a alzarse se encontró de frente con Naseer sentado en la cama mirando al frente desconcertado. Sin poder evitarlo un pequeño grito salió de sus labios asustada. Naseer se giro a verla sorprendido notando su rostro de completo terror. Aquello lo alertó al cien y miró a su alrededor esperando ver la fuente del peligro, pero no había nadie más en su habitación.

-Me va a dar algo -susurro Azra sentandose en la cama aún algo asustada -Hace unos segundos estabas durmiendo -volteo a verle sorprendida.

-Sentí que había algo moviéndose -susurro el avergonzado, sonrio levemente consiguiendo que su mujer sonriese más aliviada pues la imagen que tenía de él en ese momento no era ni de lejos la que solía mostrarle, con la camisa arrugada y el pelo revuelto, con marcas de la almohada en su mejilla y una sonrisa boba en los labios junto a unos ojos completamente relajados. Muy diferente a su semblante serio con su porte limpio y recto, siempre con esas camisas y pantalones de traje, con una mirada fija y seria. -¿Que hora es? -pregunto pasando una mano por su vientre al sentir el hambre que tenía.

-Las 15: 35 p.m -Azra vio con satisfacción como el sonreía feliz

Cerrp los ojos por un segundo y suspiro aliviado -Hace tiempo que no dormía tan bien, más de 6 horas

La sonrisa de boba que tenía Azra en su rostro no se la podía quitar nadie aunque ante la mirada de su esposo puesta en ella intentó ocultarla -Vamos a comer -susurro levantandose de la cama. Naseer la siguió con la mirada feliz por tener a aquella mujer cerca suyo. Se levantó y estirandose tan largo como era la siguió hacia la planta baja.

La comida fue tranquila y como siempre sabía a cielo, su esposa tenía unas manos i creíbles y el se lo recordaría todos los días.

Después de comer, Naseer se encargo de lavar los platos muy a pesar de las negaciones de Azra que solo quería verle descansar. Minutos después se encontraban en el salón tomando té negro en silencio descansando unos cuantos minutos antes de ponerse a trabajar.

-Azra, vamos a ir a Omsk esta tarde -le anunció su esposo -Tomaremos un avión privado a las 18:00, recoge tus cosas solo lo que necesites, en nuestra casa en Omsk hay ropa de invierno que te servirá para el tiempo que hay ahí.

Azra lo miro por largos segundos sorprendida y con clara confusión naciendo en su interior.

-¿Porque vamos a ir a Omsk? -pregunto con suavidad.

Creyó escuchar el nombre de esa ciudad en la mañana cuando Amir visitó su hogar. Desde ese momento no dejaba de pensar...

¿Que había en Omsk?

-Tengo un trabajo que hacer ahí, la casa en Omsk es una residencia donde viven las pequeñas familias de la gente en quien más confío, estarás con las esposa e hijos de mis hombres, es un lugar seguro, nadie entrara a tu habitación, puedes estar segura.

N I Y AWhere stories live. Discover now