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La tarde, cerca de la puesta de sol, Naruto se dispuso a diseñar en un pedazo de pergamino como seria la casa, de sus sueños, fue entonces que el rubio se detuvo si, eso era esta cabaña seria de ambos, no solo de el, así que decidió hacer el diseño y mostrárselo a ella una vez estuvieran juntos, es decir esa misma noche, así que con una enorme sonrisa en el rostro el rubio salio de allí y tomo.rumbo hacia la vieja catapulta. Pues era en esta noche que los novatos recibían su noche al aire libre y oían las historias de sus mentores, conforme se acercaba a la catapulta mas notaba la voz de Bocón llamando a todos, Hipo paso por su lado captando la atención del rubio.

-"¿A dónde vas?"- pregunto con fuerza paralizando a su hermano en ese momento.

-"Voy, es que tengo un encargo que hacer y pues me apetecía ir a la forja ya que hace tiempo que no estoy, es solo eso"- a Naruto le costaba creer que esa era la razón pero no quería ser como su padre así que asintió y subió con los demás.

Los pasos de Naruto dejaron mudos a los jóvenes quienes parecían extrañados de que el estuviera aquí.

-"Astrid tengo que mostrarte algo"- la rubia se puso de pie y examino el pergamino antes de ver al rubio.

-"¿Arias algunos ajustes?"- pregunto el vikingo sacando un asentimiento de parte de ella, así que en voz baja empezó a decirle sus ideas y poco  tiempo después ambos se encontraban realizando los ajustes pertinentes antes de empezar, los vikingos de relleno estaban parando oreja para saber que decían ese par de tórtolos, pero de pronto Naruto cerro el pergamino decepcionando a todos, se giro y le dio un beso a su rubia antes de susurrar le algo al oído y salir de hay dejando pendientes a todos.

-"¿Algo que quieras comentar?"- pregunto Bocón pero la respuesta fue.

-"No"- la rubia se sentó y dejo la pregunta en el aire.

A la mañana siguiente Naruto fue montaña arriba y empezó a delimitar el espacio de los tres campos, luego empezó a remover la tierra y a pegarla con piedra para que fueran los cimientos, echando un gran grupo de rocas el joven comenzó con el levantamiento de los muros de la base que era mas grande que la casa, una vez tubo los muros se dedico a rellenar el centro y para la noche Naruto finalizo al menos un buen tramo del piso, secándose el sudor se dispuso a bajar al gran comedor; allí encontró a astrid que parecía más estresada que de costumbre.

-"¿Que ocurrió en el ruedo hoy?"- pregunto Astrid no respondió y gruño en cambio.

-"Hipo logro meter a un Cremallerus Espantoso en su jaula con las manos"- le comento Patapez provocando que el pelirrojo casi se ahogara con el bocado.

-"¿Hipo?"- pregunto después de casi morir.

-"Si, nos sorprendió a todos, así que no culpo tu reacción"- le tranquilizo Brutacio.

-"Pero, ¿Hipo?"- volvió a preguntar sin saber como reaccionar.

-"Si, pero descuida es solo cuestión de suerte"- el comentario de Patán solo alerto al rubio, la suerte con ellos dos siempre fu un factor clave, siempre veía pasar a la muerte pero nunca tenia cita para ese día; pero su hermano no era la definición de suerte buena, es más creía que siempre le pasaba lo peor y que de la noche a la mañana logre tal cosa era casi imposible.

"Escapo, Tenia la cuerda rota", eran las palabras que resonaban en su cabeza, no, no era cierto, había la posibilidad de que su hermano deliberadamente dejara escapar a un dragón y este lo ocultara. Al día siguiente Naruto empezó sus labores con paso tranquilo, la verdad no había mucho que hacer en estos días así que salió rumbo al ruedo con la intención de observar lo que hacían sus dos personas favoritas en la aldea.

Naruto TrilogíaWhere stories live. Discover now