Disculpas Sinceras

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Dazai
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Bendije el momento en que la campana de fin de clases sono, Educación Física no es tan divertida y menos cuando toca darle 8 vueltas a la cancha, así que decidí sentarme a ver mi espectáculo favorito.

Chuuya corriendo con su dolor de caderas.

Apenas termino  la clase aplaudi fuertemente llamando la atención de los presentes.

-¡Te felicito Chuuya! - Grite desde el otro lado de la cancha.

-¡CALLATE IDIOTA! - Grito artitado como siempre.

A mi no me importaban los problemas de ira de Chuuya ya que siempre lograba que desaparecieran y me gustaba verlo enojado, mi enano hacia pucheros tiernos cuando se enojaba levemente,pero cuando se enoja mucho te grita tus 5000 verdades en la cara.

El profesor me regaño como siempre "Dazai-San va a reprobar mi materia" o "Su cuerpo va a ser como un spaghetti si no hace actividad física" bla bla bla.

- ¿Como te sientes mi amorcito? - Pregunté con mi actitud infantil.

-¡Callate! ¡Es tu culpa! -Me dijo.

-Ya sabes el porque, pero no te enojes así - Dije intentando tranquilizarlo.

-Agh,dejame ser Osamu, mejor vámonos ya -Dijo agarrando sus cosas.

-Espera un momento -Dije.

-Agh, más te vale que sea importante, el estres me está matando -Dijo.

-Quiero que tú y yo vallamos a un lugar -Dije.

-¿Donde queda ese lugar?- Pregunto.

-Es una sorpresa-Dije con una sonrisa intentando calmar al pelirrojo.

El solo suspiro y comenzó a caminar hacia la salida, caminábamos tranquilamente por las calles de nuestra ciudad, yo intentando recordar el atajo hacia el lugar al cual íbamos y por suerte lo recordé. Caminamos 15 minutos hasta llegar a la entrada del lugar.

-¿Esto es una broma verdad? - Pregunto cruzándose de brazos.

-No lo es, entraremos que ya están por cerrar -Dije adentrandome al lugar.

Caminamos entre las lápidas hasta llegar a una colina con un árbol en ella, el árbol no era lo único que estaba en aquel lugar, estaba una lápida de tamaño promedio y en ella el retrato de una mujer de ojos azules y cabello castaño, mi madre.

-He venido como te lo prometí -Dije agarrando las flores marchitas.

-Ella es tu madre ¿No es así? -Pregunto a mis espaldas.

-Es lo correcto -Repondi.

El solo se quedó mirando a la lápida junto a mi. Desidi tomar su mano y completar mi promesa.

-Mamá, el es Nakahara Chuuya, es la persona que ha robado mi corazón y por eso lo traigo frente a ti- Dije con ojos lagrimosos.

-Si me hubieras dicho que vendriamos aquí le hubiera traído flores a Hitomi-San -Dijo.

-Si te lo hubiera dicho habria dañado la sorpresa -Dije.

-Lo mejor será irnos ya Dazai, están por cerrar -Dijo algo sonrojado.

No entendía el porque estaba sonrojado pero se me hacía muy tierno, desidi hacerle caso y salir de aquel lugar no sin antes despedirme de mi madre.

Años Atrás...
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-¡La cena está lista! -Escuche su voz dulce desde la cocina.

Según lo que recuerdo, esos eran días muy felices para nosotros, pero en esos días tan felices ocurrió la mayor trajedia de nuestras vidas...

¿Esto durará para siempre? Où les histoires vivent. Découvrez maintenant