capítulo 20. En la portada

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Moxie

Han pasado unos días desde la tormenta, todos fueron algo fríos y con alguna que otra llovizna, pero por fin hoy ha salido el sol. El tiempo vuelve a ser cálido a pesar de acercarnos al tiempo otoñal, ya que estamos a finales de agosto. Evander ha estado realmente simpático, los dos primeros días previos a que me contase su historia no hubo mucha interacción entre nosotros, pero de repente ha vuelto a la normalidad, aunque como digo, está algo más animado de lo habitual ¿podría deberse a que le ha contado a alguien todo aquello, concretamente a mí? Es increíble que dos de los secuestradores aún puedan seguir por ahí, haciendo vete a saber que, o no solo eso, podrían haber hecho daño a mucha más gente ya. Está claro que eran personas sin escrúpulos, unos malditos psicópatas ¿Quién en su sano juicio hiere adrede a un niño?

Me encuentro en medio de una reunión de inversores, sentada detrás de Evander, la conversación se me hace la mar de aburrida y lo peor de todo es que no puedo dejar de prestar atención ya que estoy tomando, como siempre, los malditos apuntes. Estoy realmente cansada, llevamos varias horas y lo único que hago es sonreír como una tonta a los inversores y asentir si Evander me dice algo importante. Ninguno de los dos hemos comido absolutamente nada, ni tan siquiera el café reglamentario de cada mañana, cuando llegan las doce del mediodía y por fin acabamos la reunión. Me dirijo hacia el despacho junto a Stone para dejar el portátil y las copias en papel que ha usado él para explicarles a los inversores todo lo que preguntasen. Evander entra en su despacho y me pide que le lleve un café bien cargado, de paso haré otro para mí, me siento algo mareada por la falta de alimento.

Estoy en la cocina de nuestra planta haciendo el café en una lujosa maquina italiana con la que a veces parece que necesites ser un experto cafetero para poder crear el café ya que tiene botones y opciones distintas dependiendo del tipo que se quiera hacer, por suerte solo he de hacer un café solo y uno con leche para mí. Mientras me como una de mis galletas observo como el líquido oscuro cae en la taza y la cafetera hace un ruido extraño provocando que una válvula, o algo de eso, salga disparada y provoque el caos. Chorros de café y espuma de leche comienzan a salir y no tengo de idea de cómo actuar, me bloqueo. Intento parar entre gritos el líquido caliente con una toalla de paño, pero no sirve de nada. Finalmente, los engranajes de mi cabeza comienzan a pensar y decido desenchufar la cafetera, provocando que el desastre finalice.

-¡Ah... joder! - grito con todas mis fuerzas al ver que mi camisa blanca está llena de manchas de café, cojo un paño y comienzo a frotar, dándome cuenta segundos después que me estoy limpiando con el paño con el que paré el café y por tanto he jodido aún más mi camisa, está destrozada.

-Menuda has liado - escucho la voz de Evander detrás de mí.

Me giro mientras resoplo y en cuanto me ve la ropa se pone a reír.

-No tiene gracia...

-No, tienes razón, es que también tienes el pelo con espuma de leche.

Genial. Y solo llevamos medio día.

Evander se acerca a mí y me toca el pelo mojado.

-Será mejor que te vayas a tomar una ducha. - dice enroscando uno de mis mechones entre sus dedos

-No puedo salir en este estado de la oficina. - replico, aunque no tengo más que hacer.

-Ve a mi baño, te llevare toallas limpias. Recuerda que en una hora hemos de ir a una comida con uno de mis socios, es importante. Haré que te traigan algo de ropa.

Asiento con la cabeza y me dirijo hasta la oficina de Evander.

Estoy a punto de abrir la puerta de su baño privado cuando el recuerdo de lo que ocurrió ahí hace que trague saliva, no solo eso, me dijo que no podía entrar nunca en su baño, pero ahora me instaba a hacerlo. Supongo que es una emergencia. Entro en el baño y me miro al espejo, el espectáculo que doy es peor de lo esperado, menuda vergüenza si me hace ir hasta casa, así como estoy. La espuma de leche está por casi todo mi pelo, que ha quedado pegajoso, suerte que no me cayó ni una gota en la cara, creo que también hay algo de café, y bueno la camisa.... ¿Qué puedo decir de la camisa aparte de "Gracias por su servicio"? Sin duda alguna no merece la pena ni intentar salvarla. Comienzo a desnudarme y tiro la parte de arriba a la basura directamente, a ver que manda traer Stone, conque me traiga otra camisa y una falda hay de sobras. Abro la fantástica ducha y me enjabono el cuerpo y el pelo. La habitación no tarda en llenarse de vapor, ya que siempre me ducho con agua más bien calentita. Una corriente de aire me hace mirar hacia la puerta, que se está cerrando en ese instante, parece que Evander entró y dejó la tolla y una bolsa grande, imagino que con ropa, sobre el lavamanos, pero estaba tan absorta disfrutando la ducha que ni me he dado cuenta. Cuando voy pisando con cuidado el suelo oscuro agarro la toalla a juego con la decoración del baño y me seco bien. Parece que Stone ha pensado en todo, mi ropa interior también estaba manchada, al menos el sujetador blanco, e hizo traer ropa interior nueva, unas braguitas y un sujetador sin tiras, como no todo es de mi talla exacta. Es de color gris oscuro, lo cual me extraña ya que casi siempre llevo camisas blancas en el trabajo, así que miro bien dentro de la bolsa donde también hay una caja de zapatos y bajo estos una bolsa cerrada con un vestido color gris perla de satén, asimétrico con falda algo abierta que llega hasta las rodillas y con una sola manga en el costado izquierdo. He de decir que Evander tiene mucho más gusto que yo para la ropa. Me seco el cabello antes de ponerme la ropa nueva y después me pongo los zapatos de tacón ancho, cerrados a la altura del tobillo, son de color crema y van a juego con un pequeño bolso de mano. Salgo del baño y veo a Evander escribiendo algo en el pc que tiene sobre la mesa, cuando escucha mis tacones en el suelo sus ojos me observan y sus manos paran de teclear.

Moxie #Stone1Where stories live. Discover now