capítulo 24. Una cena y una sorpresa

68 6 0
                                    

 Cuando me mira con esa cara de suficiencia y su sonrisa falsa mientras hace un comentario totalmente estúpido sobre lo maravillosamente que me he vestido yo sola y sin ayuda, como si fuera una especie de cría a la que deben dar directrices, decido que no me da pena. Pese a que la hayan engañado, sin que ella tenga idea. Que le den por culo, que sé que le gusta. 

Hemos llegado a un restaurante en el que se respira lujo y ostentación, sin duda no es mi estilo. Pienso en mi padre en ese momento, pues el lleva su propio restaurante y no puede ser más diferente al que piso ahora. Lo suyo es comida de verdad, raciones reales y ricas, cocina como la de toda la vida, la que te llena de verdad y se deshace en la boca, mientras que aquí se come por la mirada con raciones estúpidamente pequeñas, que más parecen una obra de arte que un plato real para poder comer. Nos sentamos en una mesa redonda y tengo a Natalia a un lado y a Evander al otro, la mesa se me hace pequeña con él siendo tan grande y ella siendo tan idiota y glamurosa, sin duda me da mil vueltas en lo que a físicamente se refiere. Supongo que es envidia. 

-Espero que os guste la comida de este sitio, a mí me fascina. 

Asiento sonriendo sin saber que decir, especialmente cuando me doy cuenta de que se dirige a Evander, como no. Miro a Natalia que lleva un vestido ceñido, escotado y rojo sangre, parece una vampiresa con esa mirada suya y su pelo negro, aunque todos en esta mesa sabemos que no le gusta chupar precisamente sangre. Vale creo que aún sigo molesta por lo de hoy ya que a mi mente solo llegan insultos hacia su persona mientras sonrío para no delatar mis pensamientos. A pesar de que hace solo unos minutos que nos hemos sentado el mesero se acerca con un carrito y comienza a poner unos platos sobre la mesa. Natalia comenta que ya ha pedido antes para que todo estuviera listo, a ninguno de los dos nos ha preguntado que nos gustaría tomar o comer, ella decide por nosotros. 

Pego un bocado al tercer montadito que nos han traído, parece muy sofisticado y difícil de montar, pero sinceramente… es una mierda. Prefiero los que hacen en mi pueblo o unos pinchitos o quizá una maldita tortilla de patatas, pero ¿esto? Esto es pagar una suma de dinero, con la que posiblemente una familia entera podría vivir un mes, para masticar comida de perro. Tacha eso, seguramente estoy insultando a la comida de perro. Mastico haciendo algún sonido como que me gusta el sabor, pero mentiría si dijera que es así, parece que masco goma, es insulso, aunque la presentación es de lo mejor que he visto nunca. 

En algún momento Evander nos comunica que va al baño, a vomitar presupongo, por lo que la pelinegra y yo nos quedamos a solas en la mesa. Puedo ver cómo me mira intensamente mientras acabo mi bocado y un mesero retira el plato, así que comienzo a mirarla igual, entrecerrando algo mis ojos. 

-¿Quieres decirme algo Natalia? 

-Quiero decirte muchas cosas, pero… mejor te pregunto. No sé si sabes sobre esa sala que mi chico tiene, una sala muy especial repleta de juguetes ¿solo para mí? - ¿solo para ti? Ni de broma, espero que lo que haya usado lo haga arder o se deshaga de ello. Niego como una buena niña, no quiero que piense cosas raras. 

-No sé a qué te refieres, lo lamento. 

-No importa – sonríe – mejor así. Ayer tuve una sesión magnífica con tu jefe. No recuerdo cuantas veces…- acerca su cara a la mía – me corrí en sus manos, sinceramente, me había acostado antes con él, pero lo de anoche fue espectacular, ojalá lo hubiera grabado en video. Tiene una polla enorme, ¿eso lo sabias? – parpadeo, no sé hasta dónde quiere llegar. Me repugna que me hable así, parece que quiere demostrar algo. Niego de nuevo con la cabeza, estoy roja, de rabia, pero seguro que ella piensa que solo me sienta raro que me hable así de mi jefe, que me da vergüenza la conversación. – pues tiene una polla tan grande que al principio costó que me cupiera. Fue una jodida pasada. Quizá la próxima te invito a mirar, así puedes ver cómo me la meto enterita en la boca. 

Moxie #Stone1Where stories live. Discover now