La Historia De Mar Riddle Snape (Drarry)

Capítulo XXV

Era sábado, era una mañana fresca y lluviosa, tan bueno el clima que todos deseaban estar aún en sus camas con un chocolate o te caliente, junto a unas galletas y un buen libro para leer.

Pero para Mar no lo era, ya que él al despertar fue por colocarse ropa cómoda y un suéter para así encaminarse hacia la sala común, cuando llega, nota que no hay nadie ahí, así que con una cálida sonrisa se encamina hacia unos de los sillones que estaba cerca de la chimenea.

Sin duda era una mañana muy calmada para ser sábado, todos deberían estar ansiosos por ir a Hogsmeade y estar en busca de un paraguas para no mojarse en el camino, así que por más tiempo solo en el lugar mejor para Mar.

—Amo los momentos de total silencio — murmura Mar mientras mira como el fuego va consumiendo de a poco los trozos de leña.

—Pues lo siento mucho amor, pero tu chico acaba de interrumpir tu amado silencio — escucha Mar a sus espaldas antes de ser abrazado por la espalda, provocando que Mar lo mire con una radiante sonrisa.

—Bueno, pero al menos no eres tan latoso como los demás — responde antes de sentir los suaves labios de Draco sobre los suyos en un cálido beso.

—Estás queriendo decir que nuestros amigos son muy ruidosos? — menciona Draco mientras lo mira con una ceja alzada.

Esto provoco que Mar riera antes de dejar un espacio para que Draco se sentara junto a él.

—Me refiero a que ver como ellos entran en crisis por las toneladas de pendientes, hace que yo me sienta igual de estresado y nervioso.

—Buenos, en eso no te equivocas — concuerda Draco mientras trae a sus brazos a Mar, quien gustoso se deja abrazar. —Pero es cierto, este semestre sin duda va a hacer un infierno.

—No tengo dudas ante eso — murmuro mientras suelto un suspiro de cansancio.

—Bueno, por cierto, amor, ¿cómo estás? — pregunta Draco mientras tomaba mi mano donde apenas y se alcanzaba a ver la cicatriz.

Eso fue más que suficiente para recordar todo lo que ha pasado en estas dos semanas que llevamos, y hay que decir que han sido más que terribles. No solo por todo el trabajo que sé a acumulando, sino también por el hecho de los problemas que ha surgido desde la pelea que tuve con la profesora Umbridge. Solo puedo decir que en estos días he sido la plática de muchos de los alumnos, así como unos que se han atrevido de ir hasta donde estoy solo para insultarme como también van y me brindan de su apoyo y confianza.

—Estoy bien amor, esto realmente no me afecta tanto como crees — digo mientras lo miro — sabes más que bien que yo siempre he sido el centro de atención desde siempre, pero ahora los tengo a mis padres, a mis amigos y sobre todo... tengo el mejor novio quien me protege.

Mar es testigo de cómo los ojos de Draco brillan por lo que él dijo, así que sin dudarlo lo besa, besa esos cálidos labios que está adicto de probar.

—No sabes cómo te amo, Mar — dice Draco entre el beso mientras hacía que Mar se sentara en su regazo.

—Yo también te amo Draco — murmura Mar antes de ser besado nuevamente.

—Mmm más te vale que así sea, ya que yo no soy por dejarte ir — dice Draco mientras guiaba sus juguetonas manos hacia las caderas del menor, haciendo que Mar lo mire con una ceja alzada.

—Con que es así, entonces ¿porque no vamos al lugar que me prometiste hace dos días?

—Justo es a lo que venía bebé — responde el rubio mientras se levantaba del asiento con Mar en los brazos — pero como te vi muy cómodo aquí, no fui por creer que quisieras ir.