Vestirse como el marido de un Herrero.

Capítulo 58.

Xing Wu llevó a Yu Dameng y Qiao Yuan a casa. Cuando estaba a punto de entrar a la casa, Qiao Yuan lo detuvo a propósito, encontró un brasero y lo encendió antes de permitir que Yu Dameng entrara.

"Cruza el brasero, ve y deshazte de la mala suerte".

Yu Dameng quería reír un poco, pero también se sintió un poco angustiado. Fu Lang, que no le teme a los tigres ni a los lobos, se ha vuelto muy cauteloso.

Al verlo todavía reír, Qiao Yuan lo reprendió: "Es mejor creer lo que hay que creer lo que no hay".

Yu Dameng se acercó, Qiao Yuan ordenó a Xing Wu que fuera a la antigua casa para informar a Lin Cuifen que Lin Cuifen había regresado y fue al dormitorio a buscar una muda de ropa para Yu Dameng.

En cuanto a la ropa cambiada, la tiraron.

Qiao Yuan acarició las marcas rojas en el cuello de Yu Dameng y dijo sin piedad: "¡Debemos vencer a ese erudito bastardo unas cuantas veces más!"

Para aliviar su odio.

Yu Dameng lo abrazó, lleno de angustia.

Preocupado y ansioso todo el día y la noche, Qiao Yuan sintió que su corazón se hizo realidad cuando se acurrucó en los brazos de Yu Dameng en este momento y no pudo evitar derramar algunas lágrimas.

Yu Dameng lo besó ligeramente en el rabillo del ojo.

Qiao Yuan lo frotó íntimamente en sus brazos, y cuando escuchó venir a Lin Cuifen, lo empujó y le dijo enojada: "¡Ve a darte un baño!".

Salió a contarle a Lin Cuifen sobre la situación y preparó comida para Yu Dameng.

Lin Cuifen realmente no esperaba entrar a la sala del tribunal y se horrorizó cuando escuchó las palabras: "¿Entonces no pasa nada ahora?"

Qiao Yuan dijo: "Ya no está, los que causaron problemas han sido detenidos".

Lin Cuifen miró a Qiao Wang, que estaba jugando con bolas de carbón en el pasillo de la sala principal, y dijo: "¿Entonces Qiao Guangzhi realmente asesinó a tus padres?"

Qiao Yuan dijo: "Yo tampoco lo sé, solo supuse que el sirviente de Yamen ya se llevó a Xu Xiuhua para interrogarlo y no habrá resultados hasta que el nuevo magistrado del condado asuma el cargo".

Qiao Yuan suspiró, un poco preocupado por lo que haría Qiao Wang si supiera que Qiao Guangzhi había sido sentenciado a muerte, "No le cuentes esto a mi abuela, me temo que no podrá soportarlo".

Lin Cuifen asintió y, cuando Yu Dameng salió de la ducha, se apresuró a ver a su hijo, llorando de nuevo.

Mientras Yu Dameng comía, Qiao Yuan lo ayudó a limpiarse el cabello.

Después de un tiempo, el padre Yu y Yu Xiangxue también regresaron y ya sabían sobre el interrogatorio en la sede del condado. Aun así, ver con mis propios ojos a la gente sentada aquí sana y salva hizo que mi corazón se sintiera aliviado.

Yu Xiangxue se disculpó con Qiao Yuan: "Mi cuñado, todo es culpa mía".

Qiao Yuan dijo apresuradamente: "¿Por qué culpas al hermano mayor? ¡Todo se debe a que los tres fueron deshonestos y conspiraron juntos!"

A pesar de que Qiao Yuan lo dijo, Yu Xiangxue todavía se sentía culpable y en secreto decidió que Qiu Wei iría a la escuela secundaria de una sola vez para proteger a su familia del viento y la lluvia en el futuro.

"Tu amigo sabía que estabas a salvo y dijo que se sentía aliviado. Hoy no está bien, así que vendré a verte con el general otro día".

Yu Dameng asintió. El padre Yu Lin Cuifen y Yu Xiangxue sabían que debían tener mucho de qué hablar y les preocupaba estar cansados ​​toda la noche, así que no se molestaron.