02 - El privilegio de estar vivo

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Al día siguiente Yeonjun se encontraba caminando hacia su trabajo como de costumbre; después de pasar un cruce peatonal, miró a lo lejos a Beomgyu, quien lo buscaba con la mirada.

El menor mostró una gran sonrisa al mirarlo.

—¡Hola, Yeonjun! Me aseguré de alejar a los fantasmas de la zona esta mañana para que te sintieras más tranquilo. —Sonrió—.

—¿En verdad lo hiciste? Debió ser complicado —expresó sin quitar su mirada del frente y tomando su celular para simular una llamada, así evitaba llamar la atención por hablar solo.

—¡No lo fue en lo absoluto! Solo les dije que la chamana del templo estaba recibiendo favores solo por hoy.

—A los fantasmas les encanta que los vivos les hagan favores...

—Si todos supiéramos cuando moriríamos creo que no dejaríamos algún pendiente para ese día.

—Tienes razón... Lo lamento.

—¡Para ser alguien que convive con fantasmas eres muy ignorante en muchas cosas!

—Crecí en una familia escéptica en estos temas, el único conocimiento que tengo sobre los fantasmas son lo que las chamanas me decían... Lamento si te ofendí.

Ambos llegaron a la academia de baile donde Yeonjun trabajaba. Beomgyu se quedó en una esquina sentado mientras miraba a los demás bailar, en un momento comenzó a animarlos aunque ellos no pudieran verlo o escucharlo.

Le encantaba ver a los vivos con grandes sonrisas en sus rostros.

Una vez el turno de Yeonjun terminó, ambos salieron del lugar.

—¡Bailas muy bien! Tienes mucho talento.

El contrario solo le dió una leve sonrisa muy apenado de haber recibido un halago, pero unos segundos después su sonrisa de convirtió en un torpe intento de cara seria.

Beomgyu miró a su al rededor para ver si ocurría algo, pero solo observó como un chico rubio con lentes se acercaba a ellos.

—Buen día maestro Choi —mencionó el rubio rápidamente al cruzar a su lado.

—Buen día —expresó Yeonjun muy torpemente.

—Wow... ¡Ese chico era muy lindo! ¿Por qué te pusiste nervioso? ¿A caso...? —Beomgyu comenzó a saltar y hacer un escándalo inaudible para los demás en la calle—. ¡Sí, te gusta! Creí que eras un virgen muy apuesto que moriría solo, ¡que felicidad me da saber que próximamente podré subir al cielo!

—¿Disculpa? Ni loco dejaré que posees a alguien.

—¿Quien dijo que sería a alguien más? Te voy a poseer a ti. —Se mantuvo serio unos segundos antes de explotar en risas al ver la reacción del contrario—.

—¡Debo usar mi talismán para que te vayas de mi lado!

—Tranquilo, eres todo un amargado... Me recuerdas a mi antes de morir, solía molestarme por cosas insignificantes todos los días...  —Suspiró—. Desearía poder regresar el tiempo, no hubiera perdido días tan hermosos solo por un coraje de una hora porque mi mamá no preparó lo que yo quería para comer.

Yeonjun se quedó en silencio ante aquel comentario, quizás estar cerca de Beomgyu le ayude a mejorar su calidad de vida en muchos sentidos.

...
Ambos continuaron su camino en silencio hasta haber llegado al departamento de Yeonjun.

—¿Puedes contarme sobre el apuesto chico alto de hace rato?

—Beomgyu, ya te dije que no lo vas a poseer —exclamó algo cansado mientras preparaba su comida. —¿Un fantasma no puede aceptar un "no" como respuesta?

—No es eso, su energía es muy baja... Los demás fantasmas pueden aprovechar eso para intentar poseerlo, los tiempos cambian Yeonjun, no todos los fantasmas jóvenes somos iguales....

Mientras Beomgyu se acercaba a las paredes para ver los cuadros en la sala del pelinegro, Yeonjun lo miró de pies a cabeza admirando cada detalle de la ropa que llevaba aquel fantasma: Un uniforme escolar. Aunque se moría de curiosidad por saber la historia de Beomgyu decidió guardar silencio y esperar a que el menor se sintiera confiado de decirle la información que deseara.

Yeonjun preparó la mesa para él y se sentó una vez tenía toda la comida necesaria servida.

Juntó sus manos para agradecer por la comida, pero fue interrumpido al escuchar a Beomgyu admirando lo delicioso que se veía la creación del mayor.

—¡Wow! Hace mucho no veía kimchi tan de cerca, ¿lo preparó tu mamá? —El contrario asintió en silencio—. ¡Eso lo hace mucho mejor!

Una sonrisa se pudo apreciar en el rostro de Yeonjun.

—¿Extrañas el kimchi? —Comenzó a comer—.

Beomgyu asintió a la par que se sentaba frente a él.

—El kimchi... a mi familia, a mi novio y toda la comida, incluso extraño lo que jamás me animé a probar.

—¿Tu familia no te hace ceremonias?

—Solo el primer mes, nunca fueron personas con tiempo libre o que les gustara demostrar sus sentimientos, aunque en las últimas visitas que les he dado escuché que irán al templo donde están mis restos para hacerme la ceremonia del primer año. Me emocioné mucho al escucharlo ¡Estoy muy ansioso de poder comer las ofrendas ancestrales
hasta reventar!

—Me alegra por ti, ¿falta mucho para tu ceremonia?

Beomgyu negó muy sonriente.

—Es en dos semanas, vendrán desde Daegu solo por mi~ me hubiera alegrado que fuera en una situación diferente.

—¿Puedo preguntar por qué tus restos están aquí y no en tu ciudad natal?

—Me encantaba Seúl, aquí conocí a personas que significaron mucho para mí y mi familia sabía eso.

A menos esa era la versión que Beomgyu tenía.

—Eso es lindo Beom... ¡Oh! ¿Puedo ponerte apodos?

—¡Eso sería súper lindo! Sigue comiendo, anda, no querrás que te poseyera para comerme toda tu nevera~

Ambos rieron, en ese instante fue cuando Yeonjun comenzó a disfrutar de cada sensación que experimentaba al momento: el sabor de la comida, el frío en su piel, la respiración tranquila que salía por su nariz y cada pequeño detalle que antes era insignificante y común, ver a Beomgyu tan sonriente y alegre a pesar de ya no estar vivo para disfrutar los mismos sentimientos que él le hacía darse cuenta del privilegio de estar vivo.

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ofrendas ancestrales: comidas u objetos dedicados al difunto celebrado, ya sea en su nicho o en la ceremonia de luto.

★ Oh My Ghost! - YeongyuWhere stories live. Discover now