05 - Un sentimiento peculiar

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Beomgyu llegó de Daegu el día siguiente por la mañana, al entrar al templo miró a la chamana del lugar con los demás fantasmas.

—Al fin llegas, únete con los demás, estoy hablando seriamente con ustedes —exclamó la
chamana.

—Estoy cansado, no quiero hablar con nadie.

Corrió hasta quedar frente a su nicho y desaparecer entrando en la urna donde estaban sus restos.

—iChoi Beomgyu! Ugh, ¿qué pasa con los jóvenes fantasmas de hoy en día?

La chamana no tuvo otra opción más que seguir regañando a los demás fantasmas por no querer subir y renacer. Entendía el hecho que querían seguir en la tierra para ver a su familia o gente que amaban, pero su templo era el único en la ciudad con cero
renacimientos, así que debía presionarlos constantemente.

...
Pasaron cinco días hasta que Beomgyu decidió salir de su nicho. Se estiró un poco antes de comenzar a caminar.

No tardó en ver que Yeongseo y la señora Cha se acercaban a él.

—Beomgyu-ssi ¿Está todo bien? No sueles estar ahí adentro por tanto tiempo... —mencionó la chica.

—¡Oh! No es nada, solo me sentía muy cansado por el viaje a Daegu. —Sonrió para evitar hablar sobre ese tema—. ¿De que habló la señora Lee el día que llegué?

—De lo que siempre habla, sobre subir y esas cosas, no entiendo por qué la dejaron ser chamana si es muy mala con los fantasmas.
Ella más que nadie sabe que no es fácil irse dejando muchas cosas pendientes.

—¿Por qué sigue aquí, señora Cha? —dijo Beomgyu.

—Mi nieta acaba de dar a luz a su hija... no quiero irme sin antes ver a mi bisnieta dar sus primeros pasos.

La señora Cha sonrío al
recordar a su pequeña bisnieta.

—Lo mismo dijo de su hija y su nieta —mencionó otro fantasma que pasaba por el lugar, haciendo que la señora Cha lo mirara mal.

—Bueno, mi razón es buena, pero sigo sin entender por qué Yeongseo no sube —soltó la señora Cha nuevamente. —Para ser un una muerte por suicidio creo que te estás demorando mucho, digo, si decidiste quitarte la vida era para ya no estar en este plano.

Sonaba cruel, pero era cierto. Los fantasmas que llegaban ahí por suicidio eran muy excluidos y atacados por su muerte.

—Lo sé... pero no puedo irme y dejar a mi madre protestando fuera del edificio donde trabajaba, me iré hasta verla aceptar mi muerte... —exclamó la joven Yeongseo.

—¿Y tú, Beomi?

—Soy un fantasma virgen... supongo que una vez deje de serlo podré subir sin angustias.

Los fantasmas siguieron hablando por unas horas más. No fue hasta mediodía que Beomgyu salió del templo hasta ir al lugar donde Yeonjun trabajaba.

Entró al lugar atravesando las puertas y miró a su amigo a lo lejos charlando con el chico rubio de hace unos días, si era honesto, Yeonjun se comportaba muy tonto cuando está frente a ese chico.

...
Yeonjun salió de la academia una vez había terminado su turno, levantó su mirada y pudo apreciar a Beomgyu sentado en las bancas frente a la construcción. Una gran sonrisa se dibujo en su rostro y corrió hasta el lugar donde estaba el fantasma con entusiasmo.

—¡Beomgyu! Me asustaste muchísimo cuando dejaste de visitarme, creí que ya habías subido sin haberte despedido de mi... ¿Donde estuviste? ¿Estás bien?

★ Oh My Ghost! - YeongyuWhere stories live. Discover now