-¿Esto es lo que buscabas? - titubea un poco, su voz es como un jadeo nervioso. Joder. Está nervioso pero también enojado, muy enojado - ¿Esto es lo que querías? Sag mir! Quiero escucharte... Liebling
-S-sí... por... por favor...
-Ich möchte es dir...
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Aunque sus dedos están sobre la tela de mi pantalón, los mueve despacio contra mi coño mojado mientras mi respiración es inconsistente.
—S-señor...
—Ohh, ¿Quieres decirme algo? —.
—L-lo siento... lo siento —.
—¿Lo siento dices? — sus dedos se siguen moviendo sobre mi y siento que me voy a correr de la pura sensación — antes de perdonarte me temo que voy a tener que castigarte, gatito...
Mi boca deja escapar un suspiro sensual y mi cabeza cae contra su pecho. He estado semanas soñando con esto y trato de mantener mis ojos abiertos mientras susurro que no quiero que sea un sueño más, no, no no, no.
De pronto su toque se detiene, una de sus manos rodea mi cuerpo pegándome a su espalda y la otra se poya en la pared. Puedo sentir su respiración irregular, la forma en que gran pecho sube y baja. Ya no tira mi cabello y solo... me abraza.
—Señor... — mi voz es un susurro, deseo decirle tantas cosas, quiero poner mis manos sobre su cara, quiero ver su cara, quiero besarlo, besarlo hasta que me duelan los labios. Su agarre en mi no es brusco y me permite girarme, su mano permanece contra la pared y su cabeza inclinada ligeramente hacia mí. Sus ojos cerrados se abren y me miran golpeándome con ese color hermoso. Su otra mano en mi cadera sube por la curva de mi cuerpo hasta mi cuello agarrando entre sus dedos mi cadena y la cierra entre sus dedos de a poco —.
—Kätzchen... — mi cuerpo tiembla y mis manos se aferran despacio sobre su vientre, sintiendo la dureza de su abdomen contra la ropa —.
—Por favor perdóneme — susurro subiendo mis manos a su pecho, cuando mis dedos tocan su cuello la mano que está en mi cadena se cierra alrededor de mi muñeca impidiéndome avanzar a su rostro — por favor...
Sus ojos azules se cierran con fuerza y su agarre en mi mano es débil. Resopla como si estuviera cansado y levanta un poco su mascara arrastrando consigo también el pasamontañas que tiene debajo, los levanta a la altura de sus labios. Su mano se vuelve a cerrar alrededor de mi cadena de identificación y tira de ella para acercarme.
Me tengo que poner de puntillas para acercarme y enterrar mis dedos en sus hombros para poder alcanzarlo a pesar de que se inclina para acercarse. Nuestra boca se encuentra en la oscuridad, lo que no me permite ver sus labios de cerca pero solo sentirlos hace que la sangre se me vaya a los pies. Al principio titubea, pero luego me devuelve el beso con avidez. La palma de su otra mano permanece apoyada contra la pared mientras me agarra la cadena con la otra.
Luego solo la suelta y esa mano se cierra alrededor de mi cintura. La forma en que me rodea con su brazo me hace sentir completa. Es como si su brazo hubiera sido hecho para acogerme de esta forma mientras me deja besarlo.
Dios, he estado soñando con esto desde hace días.
Deslizo mi lengua entre sus dientes pidiéndole permiso para ir más allá.
